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Iñigo Urkullu atempera las exigencias ante Mariano Rajoy

El líder del PNV dice que es momento de "rebajar los discursos públicos"

Iñigo Urkullu se ha encargado de ambientar la reunión de hoy con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. El líder del PNV, después de asustar al PP con su discurso soberanista tras su reelección al pedir la salida de Euskadi de la Guardia Civil y la apelación a Escocia, aprovechó la víspera su paso por la Cope para adecuar un mensaje menos alarmista en la forma, manteniendo las esencias de sus postulados.

En su entrevista proyectada hacia La Moncloa, Urkullu dijo que es el momento de “rebajar los discursos públicos” para así abordar un trabajo “fructífero y discreto”. Bajo estas formas, el presidente del PNV le planteará a Rajoy que no dilate la adopción de medidas para flexibilizar la política penitenciaria y que es imprescindible ser inteligentes de cara a conformar una convivencia posterior al final de la violencia. Y, por supuesto, que las medidas de control presupuestario que le ha escuchado al Cristóbal Montoro no supongan un menoscabo del autogobierno.

Pero Urkullu tenderá la mano a Rajoy, como lo ha venido haciendo a Zapatero aunque en situaciones parlamentarias radicalmente distintas. El gesto tiene su importancia y ayer no se le olvidó recordarlo mientras desgranaba sus reivindicaciones. El líder jeltzale está dispuesto a arropar al Gobierno central en sus medidas políticas, y en especial las económicas, si en el camino observa un compromiso válido porque también su posición no pasará desapercibida para el PP en el País Vasco.

Urkullu y Rajoy ya han hablado del tema vasco antes de sentarse juntos por primera vez en La Moncloa. En el PNV, por tanto, ya saben dónde están las líneas rojas del Gobierno en este momento en relación al fin de ETA, y en base a este conocimiento de situación, Urkullu irá fluyendo sus peticiones.

A diferencia del discurso del lehendakari, Patxi López, antes de verse con Rajoy, Urkullu no ha focalizado su entrevista en el tema de la dispersión de los presos etarras. El presidente del PNV ha preferido ensanchar el campo temático, centrándose, por ejemplo, en la preocupación que le supone la crisis económica. Con este planteamiento que destila un compromiso institucional, Urkullu se siente más legitimado para tantear a Rajoy sobre el proyecto nacionalista de un nuevo estatus político vasco en 2015. El presidente del Gobierno, sin embargo, no se detendrá mucho tiempo en hablar de Escocia.

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