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EL DÍA DESPUÉS DE LA ASAMBLEA DE LOS NACIONALISTAS

La UPG avisa de que “no debe haber gobierno y oposición dentro del BNG”

Aymerich llama a “consolidar la alianza” de los críticos con la dirección

El portavoz nacional del BNG, Guillerme Vázquez, ayer.
El portavoz nacional del BNG, Guillerme Vázquez, ayer.ANXO IGLESIAS

El paisaje después de la asamblea del Bloque no se asemeja al propósito que expresó el reelegido Guillerme Vázquez en su último discurso del fin de semana: “No habrá vencedores ni vencidos”. Lo cierto es que ninguna de las tres facciones en liza dentro del nacionalismo parecen tender la mano a la otra. “Con una Executiva por todos participada, no debería haber la tentación de recurrir a una dialéctica de gobierno y oposición en el interior del BNG”, advierte el editorial, publicado ayer, de la revista electrónica de la Unión do Povo Galego (UPG), Terra e Tempo. Y los irmandiños, quienes más veces habían amagado con la escisión en los meses previos al cónclave, ya lo dejaron claro al salir de la primera reunión de la nueva dirección del Bloque: seguirán dentro si la UPG “se desarma”.

La foto fija del nuevo BNG ofrece un Consello Nacional donde la Alternativa pola Unidade, impulsada por la U y apoyo de Vázquez, ocupa 24 asientos (en contra de los 23 que publicó ayer este periódico), la entente de Encontro Irmandiño y Máis Galiza, 23 y el Movemento Galego ao Socialismo, tres. Al comparar los datos de las votaciones del encuentro del mercado de Amio con la anterior Asemblea Nacional, en la que se retiró Anxo Quintana, los números son los siguientes: ApU obtuvo un 48,76% de respaldo entre la militancia (en 2009, un 45,29), los de Beiras y Aymerich, un 45,65% (en la anterior cita concurrieron por separado y sumados obtuvieron un 51,59%) y el MGS pasó de un 3,13% a un 5,59%. La segunda ronda que decidió la portavocía nacional entre Guillerme Vázquez y Xosé Manuel Beiras, el primero se llevó un 53,95% de sufragios. En 2009, y frente a Aymerich, había alcanzado casi el 55%.

Ayer, en las redes sociales, el todavía portavoz parlamentario Carlos Aymerich, que ha puesto su cargo a disposición de la Executiva Nacional, llamaba a “en lo inmediato, consolidar la alianza” de los que exigían un nuevo rumbo a la organización. Y añadía que “asumir el resultado de la asamblea no significa renunciar a las propias posiciones”. Estas se encuentran distantes incluso en torno a asuntos que, otrora, no levantarían suspicacias entre militantes del BNG. La abstención del alcalde de Monforte de Lemos, Severino Rodríguez, y dos de los siete ediles nacionalistas que gobiernan la ciudad en el pleno municipal que el lunes acordó dedicar una calle a Manuel Fraga. Los otros cuatro concejales votaron en contra. El Movimiento Galego ao Socialismo, que encabeza Rafa Villar, reaccionó con un artículo en el que tilda esa actitud “de infamia, de vergüenza y que contraviene los acuerdos de la organización”.

La corriente de Villar quiere acabar con “dinámicas letales para la convivencia”

Precisamente el texto de balance de la XIII Asemblea Nacional del Bloque insta a superar “dinámicas letales para la convivencia”. “Corresponde a quienes presentaron la asamblea en términos de ‘ganar’ o ‘perder’ esforzarse ahora para recuperar la confianza y la fraternidad”, indican. De esas condiciones hablaba el propio Beiras el lunes, tras la primera Executiva Nacional post-asamblear, al asegurar que su corriente esperará a probar “la habitabilidad” del BNG antes de decidir si permanecen dentro o no.

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