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Alarma en el casco viejo de Finestrat por nuevos desprendimientos

El corrimiento de una ladera por la erosión pone en riesgo un centenar casas El Ayuntamiento pedirá a los los dueños que reformen su viviendas o las declarará en ruina

Vista de la ladera donde se levantan viviendas amenazadas por los corrimientos
Vista de la ladera donde se levantan viviendas amenazadas por los corrimientos

Los problemas urbanísticos de Finestrat no se ciernen únicamente a las inundaciones que provoca la masiva construcción de su costa. Ahora un nuevo desprendimiento en la conocida como La Penya de Finestrat ha vuelto a hacer saltar las alarmas de la situación en la que se encuentra una de las zonas más antiguas del casco antiguo de la localidad, que se levanta sobre una loma de yeso expuesta al agua y la humedad.

En la medianoche del miércoles se desprendió uno de los picos salientes de la falda de la peña sobre la que cuelgan una docena de viviendas, que embarrancó en la carretera CV-761 sin consecuencias. El crujido del desprendimiento llevó a concluir a algunos vecinos que se trataba de un terremoto.

Algunas viviendas más expuestas están ya deshabitadas. Es el caso de una casa que casi cuelga de la peña propiedad de unos holandeses, que el pasado mes de diciembre retiraron todos sus enseres y se pusieron en manos de un abogado para ejercer acciones legales. Una vecina pareja de francesas también tiene la casa agrietada y acabó redactando un escrito con la ayuda de un arquitecto advirtiendo al Ayuntamiento de la situación.

El diseño del casco

Aunque el edil de Obras y Servicios, Juan Francisco Pérez, del PP, dijo que desde “el primer día” su Gobierno había mostrado “sensibilidad para proteger el patrimonio de la ciudad”, lo cierto es que el aproximadamente centenar de casas que se asientan sobre una peña de yeso están pendientes de “un plan especial integral” para consolidarla que reclamaron los socialistas el anterior periodo administrativo. Pérez contesta que “hemos ejecutado numerosas obras hidráulicas de gran envergadura” y se ha realizado “un ambicioso plan de renovación de la red de saneamiento”. Hasta 15 fugas se han detectado en los dos últimos años.

El Gobierno local asegura que en 2009 encargó un estudio al departamento de Ingeniería y Construcción de la Universidad de Alicante para “evaluar la estabilidad de los taludes” del macizo sobre el que se asienta un centenar de casas. La conclusión de aquel trabajo fue que la composición yesera de la peña y su bajo nivel freático convierten la zona en inestable.

Pérez reconoce que “el diseño urbanístico del casco tradicional de Finestrat encauza todas las aguas pluviales hacia La Penya, lo que contribuye a su mayor erosión”. Además, el informe de la Universidad de Alicante señaló la necesidad de controlar la vegetación del macizo para evitar sobrecargarlo de peso, “pero su carácter escarpado nos hace difícil llegar a todos los puntos por nuestros propios medios”, asegura el edil.

La inspección ocular de los técnicos consistoriales tras el derrumbe ha descubierto que algunas casas tenían pequeñas piscinas que desaguan en la peña contribuyendo a su erosión, lo que a su vez ha dejado al descubierto la falta de control del municipio y la escasa contribución de algunos vecinos al mantenimiento de su propia seguridad.

Dado que la mayoría de las viviendas está en el interior de una falla que divide internamente en dos la peña, el Ayuntamiento piensa reunir a los propietarios más expuestos a un posible derrumbe y pedirles que ejecuten la reforma de sus inmuebles o “habrá que plantearse su declaración de ruina”.

 

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