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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Imprescindible Javi Martínez

La victoria del Athletic en Vallecas tiene muchas lecturas. Todos los partidos tienen muchas lecturas, según dónde se ponga el foco en el interrogatorio. Pero el triunfo de Vallecas tiene un foco brillante, luminoso, y otro mate, quizás difuso, pero igual de significativo, aunque uno explique el éxito y el otro trate de explicar la naturaleza de lo que pudo ser un fracaso.

Llorente es Llorente, y quizás con eso esté todo dicho. Llorente es el fabricante, el distribuidor y el comercial de los goles. O se los produce el mismo, como en el pelotazo del segundo, o culmina las acciones de otros, llámese Íñigo Pérez, con una zurda de seda, o de Toquero, con una derecha no menos sedosa. Sí, él gano el partido con tres goles magníficos, con más definición que elaboración.

Ganó Llorente, de eso no hay duda. Pero estuvo a punto de perder. Curioso asunto que la primera vez que el navarro no está en la línea defensiva, el Athletic se acule, se vaya a chiqueros, se aleje del centro del campo, se desordene, se confunda hasta para sacar el balón. Ahí estuvo muerto, en la primera mitad, el Athletic, cuando le llegaba el Rayo sin oposición hasta la puerta del salón. Malo es que te entren en casa, peor es que te revisen el frigorífico (Iraizoz) y la despensa (Amorebieta y San José) y el tendedero (Aurtenetxe, con problemas para desanudarse la bota, auxiliado por... Marcelo Bielsa).

El debate sobre la posición de Javi Martínez como antes fue el de De Andrés, o el de Madariaga, o en el Madrid con Hierro y suma y sigue) tuvo ayer un ejemplo puro y duro. Sin Javi Martínez el Athletic defiende atrás, muy atrás, mucho más atrás. Hubo un central en el Athletic, un central acreditado, que reclamaba en su tramo final, la defensa italiana que se amontona al borde del área pequeña, pegaditos al portero. Suele ser el recurso de la falta de recursos, cosa que no ocurre ahora en el Athletic, aunque ayer ocurrió. Y por eso le remontó el Rayo, y le pudo ganar.

Sin jefe no se juega. Hay uno en el banquillo, pero hay uno en el campo. “El equipo empieza por el portero”, solía repetir Howard Kendall. En el Athletic empieza por Javi Martínez, el stopper y el play maker del equipo. Y el jefe anímico y deportivo. Ese es un hat trick permanente, suba o no suba al marcador. Sin él, el Athletic defiende muy mal con magníficos jugadores.

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