El poder telúrico del sur

Esto no debería funcionar. El Grupo de Expertos Solynieve incluye a cinco de los músicos más activos de la fértil escena granadina, señores muy comprometidos con sus trabajos habituales: Los Planetas, Lagartija Nick, Lori Meyers. Eso le deja al sexto miembro, Manu Ferrón, las labores de portavocía. Aunque también está preparando un disco en solitario, Ferrón (Granada, 1973) no vive de la música: formado en Filología Hispánica, ahora ejerce de docente.

Explica el modus operandi: “Somos un proyecto espasmódico, que depende de encontrar fechas libres en el calendario de muchas personas. Paramos en 2008 y ahora retomamos la carretera. De alguna manera, esto nos permite conservar la frescura. Se juntan unas canciones, se ensayan rapidito y se graban en el estudio de Planetas, el Refugio Antiaéreo. Aquí te pillo y aquí te mato”.

Ese punto ad hoc, añade, le viene bien a los Expertos: “Nunca quisimos los tópicos del rock, las gafas oscuras y la chupa negra. De alguna manera, se pretende reflejar la espontaneidad, el estilo de vida sureño. Si miras nuestras fotos, comprobarás que ni siquiera hemos aprendido a posar”.

Uno no sabe cuánto hay allí de rechazo de las tradiciones del showbiz y cuánto de humano pudor. “Es cierto. Hombre, hay una razón estética para poner bajas las voces entre la mezcla instrumental. Cuando se nos planteó imprimir las letras, vimos que nos daba palo. Esos versos no tienen sentido sin la música”.

No solo prescinden de las letras: tampoco ponen sus caras en el envoltorio de los discos. A cambio, en su nueva entrega, El eje de la Tierra, ofrecen una selección de obras de Édouard Riou, el ilustrador del siglo XIX: “Él imaginaba el mundo prehistórico pero nosotros lo vemos como el futuro, tras ese apocalipsis al que nos avoca esta forma de vida de capitalismo desenfrenado”.

Un grupo que gusta de unos guiños a priori exclusivos para granadinos: lo de “Solynieve” hace referencia a la oferta turística de la zona. En los créditos, los dos cabecillas, Ferrón y J Planetas, se hacen llamar Montero Castillo y Aguirre Suárez, que fueron defensas del Granada FC “y que se distinguían por repartir leña”. “Compartimos su actitud de luchar sin desanimarse, aunque estés en la zona baja de la tabla”. Son tiempos de batalla, remata Manu: “Hay gente que describe el nuevo disco como una respuesta al 15-M. En realidad, había canciones nuestras que anticipaban ese movimiento, con denuncias del estado de cosas. Sin perder el sentido del humor, como en ¿Por qué no te largas de aquí?, que ironiza sobre la forma en que los poderes han culpabilizado a los que precisamente sufren la crisis”.

Alguna canción podría funcionar como himno callejero pero tampoco parece que el Grupo de Expertos Solynieve se apunte al agit-prop: “Se trata de mantener una actitud de serenidad frente al desastre, sin que se confunda con la pereza. O con la resignación cristiana, que es lo que predican los medios. En general, nos ha salido un disco más nocturno que los anteriores. Es lógico: cada vez estamos más cerca de la medianoche”.

A los Expertos les fastidia que se les vea como un divertimento, un capricho derivado de la pasión de J y Ferrón por el folk-rock de los años sesenta y setenta. “No se trataba de sonar como los Byrds. Ellos forman parte de nuestro background pero no vivimos en California. Igual te pegas el día empapándote de Gram Parsons pero, en cuanto sales a la calle, te llegan los ecos del flamenco o la copla. Es casi epidérmico: se te cuela un lenguaje, una actitud. Los dichos populares son una mina, no siempre te ofrecen remedios conservadores”.

¿Tiene sentido el crear música insurgente que difícilmente va a llegar al gran público? Aparte de la satisfacción personal de sus autores, claro que sí. Ferrón reflexiona que el arte se mueve de formas misteriosas. “Yo estoy muy fascinado por el blues sahariano que tocan los tuaregs, Tinariwen y esa gente. Dicen que fue Gadafi quién les compró las guitarras eléctricas, dentro de sus planes de subvencionar a los movimientos rebeldes. Al final, igual resulta que las Fender han sido más importantes que los fusiles Kaláshnikov, en la difusión de la realidad de esa minoría”.

Especula Ferrón que la música de Tinariwen puede reflejar el espacio desértico más el sentido del tiempo de sus habitantes. ¿Se puede aplicar esa teoría a un grupo urbano, en una ámbito tan especial como Granada? “Se ha hablado mucho del componente telúrico, de los extremos del clima, de la herencia andalusí. Pero el secreto del florecimiento musical de Granada es su carácter de ciudad universitaria. Son, no sé, 50.000 estudiantes que animan las calles y ofrecen un mecanismo de regeneración, por lo menos mientras el rock sea parte de la cultura viva”.