Asesinados un matrimonio y su nieta en un piso de Barcelona
Los Mossos investigan el triple crimen, ocurrido en el Eixample
La puerta del 2º 2ª del número 287 de la calle de Sardenya estaba abierta. Dentro, la policía encontró el piso patas arriba, con objetos y cajones revueltos, y los cadáveres de tres personas: el matrimonio Claveguera, de unos 80 años, y su nieta, de 16. Eran las 17.45 horas.
Los Mossos d’Esquadra investigan ahora qué ocurrió en ese piso del corazón del Eixample, a qué hora se cometieron los asesinatos, y, sobre todo, quién es el autor. El caso está bajo secreto de sumario por orden estricta del juez, y los Mossos d’Esquadra declinaron ayer confirmar o desmentir cualquier detalle sobre el mismo.
Las víctimas presentaban heridas de arma blanca y habían sido asesinadas con cierta brutalidad, según fuentes policiales. Incluso encontraron ropa desgarrada, lo que puede llevar a pensar a algún tipo de agresión sexual a la joven, aunque la policía catalana no lo confirmó. Los Mossos buscaban a última hora de ayer el arma del crimen en las inmediaciones del piso.
Andrea Calafat vivía desde pequeña con sus abuelos maternos en el Eixample. El matrimonio, muy conocido en el barrio, se hizo cargo de su custodia cuando era una cría ante diversas dificultades con las que se encontraron sus padres.
Las tres víctimas
“Muchas veces les oía discutir, y la oía a ella de malos modos pedirle a su abuela: ‘Dame la cartilla o te mato”, aseguró ayer delante del piso Juan Ramon Mar, vecino de las víctimas. Hace “cinco o seis meses”, el hombre explicó que había avisado a los Mossos d’Esquadra, preocupado por las continuas discusiones familiares y los insultos de la nieta.
Varios amigos de la menor se acercaron al piso, consternados por la noticia. “Es Andrea, no me lo puedo creer”, lamentó uno de ellos. Los amigos aseguraron que la joven no se conectaba desde la medianoche del jueves a la red de mensajería de su móvil. “Ella siempre estaba conectada”, indicaron. La chica hacía poco tiempo que había roto con su pareja. “Pero lo llevaba bien”, contó ese amigo, que no hallaba una explicación a lo sucedido. Según él, Andrea no tenía enemigos capaces de hacer algo así.
En los últimos tiempos, el matrimonio de ancianos había acogido también en la casa a la tía de la menor y a su pareja, según explicaron personas del entorno. Precisamente, la tía encontró los cadáveres por la tarde. Su pareja, según ese mismo vecino, salió del piso, encerró al perro en su coche y marchó de la zona. Los Mossos poco después sacaron al animal del maletero del vehículo.
Al conocerse el crimen, el comisario de Barcelona, Joan Carles Molinero, decidió convocar a los medios en el lugar del crimen para explicar lo sucedido. Pero poco después, el juez decretó el secreto de sumario, motivo por el que la policía suspendió la convocatoria.
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