Puntadas con hilo
Bunbury revalidó en dos horas su popularidad ante un público partícipe, que no aborregado

En dos horas revalidó su popularidad ante un público partícipe, que no aborregado. Una banda excelente, una efectiva producción sin excesos, un repertorio que puede llamar, llamó de hecho, tanto a personas de más edad que el propio Bunbury como al público aún no cuarentón que forma la base de su público. Además, metidos en arenas generacionales, el cancionero movió un recuerdo para todos aquellos cincuentones allí presentes, el de la música que formó parte de su infancia, cuando el rock era aún un futuro cercano pero desconocido. Esas fueron las herramientas sustanciales con las que Bunbury, convertido en Licenciado Cantinas en honor a ese cancionero latino que articula su último disco, cimentó su éxito en un Sant Jordi Club con todas las entradas vendidas.
Con una querencia latina mostrada ya desde hace tiempo, Bunbury ha comenzado a fortalecer su médula musical con esas canciones atemporales que a pesar de ello sólo se descubren cuando los prejuicios han sucumbido. Y eso, salud mental mediante, ocurre ya maduro. Es así que el maño recupera en su último disco las canciones de sus mayores, esa pasión extrema vivida en boleros, chacareras, tangos y demás gemas de la música de frontera nacida del cruce entre mejicanos y norteamericanos.Pero, claro está, una cosa es descubrir las raíces de nuestra memoria y otra saberlas defender, tarea aún más complicada cuando, como es el caso, el público tiene una idea muy específica de cómo son esas canciones y cómo le gusta escucharlas.
Cierto es que Bunbury cuenta con un as en la manga, un comodín que le viene que ni pintado. Se llama desmesura, dígasele también emoción desbocada, teatralidad extrema, pasión sin frontera. Véase el caso del tango Cosasolvidadas, a cuya textura se adapta la personalidad de Bunbury como lo hizo en Ódiame o El día de mi suerte, alguno de los temas interpretados de su último trabajo. Extendiendo el toque cercano por latino de este repertorio, Bunbury también bañó con él canciones ya populares en su repertorio como El extranjero, Que tengas suertecita o La señorita hermafrodita, articulando un repertorio muy homogéneo que supo defender en un concierto que evidenció que Enrique Bunbury no ha dado puntada sin hilo.
Bunbury
Sant Jordi Club.
21 Enero 2010
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Zelenski confirma que cualquier pacto con Rusia deberá ser ratificado en referéndum
María Corina Machado denuncia amenazas de “ejecuciones extrajudiciales” a presos políticos en Venezuela
Feijóo remite a la jueza sus ‘whatsapps’ con Mazón el día de la dana y pide declarar por vía telemática
El abogado de Sijena ofrece un acto de conciliación al director del MNAC, pero exige su dimisión
Lo más visto
- El líder groenlandés responde a Trump: “Groenlandia es nuestro país. Nuestras decisiones se toman aquí”
- La revalorización de las pensiones queda en el aire por la negativa de la derecha a apoyar otras medidas sociales
- Comprobar Lotería de Navidad 2025: consulta la lista de números premiados
- El PP de Almeida vota en contra de dedicarle a Robe Iniesta un centro juvenil porque antes quiere hablarlo con su familia
- La cúpula de Vox votó por unanimidad la destitución de Javier Ortega Smith




























































