Lady Gaga se viste en Lavapiés
En una corrala del barrio se elaboran algunos de los complementos que luce la diva del pop. Son de Assaad Awad, “el hombre más feliz de la Tierra”
¿Qué relación hay entre Lady Gaga, excéntrica, barroca y sintética, y el barrio de Lavapiés, popular, mestizo y arrabalero? En principio poca, o ninguna. Pero en una de las corralas del barrio está el taller de Assaad Awad, diseñador de algunos de los más locos complementos con los que se adorna la diva estadounidense. Un día, el estilista de la Gaga le escribió para hacerle un encargo y ahora ya llevan un tiempo colaborando.
“En los encargos siempre hay una referencia a las piezas que se ven en mi web (http://www.assadawad.com/). Normalmente te dan referencias de otros diseñadores, pero en este caso son de mí mismo”, explica Awad. “Me dicen qué materiales quieren, a veces el color, y dos o tres palabras sobre el concepto que buscan. No muchas, para que no se difunda la información y los fans se enteren antes de tiempo. Luego el diseño es cosa mía”.
Sus piezas mezclan diversos materiales como el metal, la piel, el plástico o el cristal, y van desde lo macarra a lo futurista, pasando por lo poético. Imaginación no le falta: nos enseña un body confeccionado con plumas de pavo real, unas gafas de sol forradas de pequeños cristales, unas enormes hombreras robóticas o unas sandalias plagadas de pinchos que a nadie le gustaría pisar por error.
Lady Gaga, por ejemplo, utilizó una corona de metal que luego fue subastada, junto con otras prendas, en beneficio de la Robin Hood Association, dedicada a ayudar a niños con cáncer.
Líbano, Suecia, Madrid
Awad nació en Líbano en 1974 y se trasladó a Suecia en su adolescencia. Se vino a vivir a Madrid hace seis años, ahora vive en Lavapiés en el mismo edificio donde tiene el taller. “Me encanta el barrio, porque hay una mezcla muy underground y también una mezcla cultural. Hay teatros y centros culturales, y borrachos y yonquis. Ese contraste me encanta. Además, Madrid está muy bien situado para viajar a cualquier sitio”.
Hace dos años dejó su trabajo en el proceloso mundo de la publicidad, como director creativo, y se pasó al diseño de complementos. “Estaba harto de la publicidad, llevaba 14 años trabajando en branding e imagen de marca. Un día me levanté y dije: ‘Ya está bien, voy a dedicarme a lo que realmente me gusta’. Cogí el taller, empecé sin nada, la gente próxima dijo que aquello era una locura”. Pero ahora parece tocado por el éxito. “Cuando haces las cosas bien salen hacia delante sin planificarlo”.
Empezó haciendo piezas para gogós y espectáculos nocturnos madrileños e ibicencos y ahora ya ha colaborado, además de con Lady Gaga, con el fotógrafo Mario Testino, la edición japonesa de la revista Vogue, o los diseñadores Maya Hansen y Juanjo Oliva. Entre sus clientes también se cuentan, dice, “excéntricos” jeques árabes que le piden cosas raras para sus fiestas. Sus piezas van de los 70 a los 700 euros y se recomiendan a “gente que no quiere pasar inadvertida”.
Aprendió de forma autodidacta, poco a poco, y le gusta trabajar bajo presión. “Desde pequeño me atrae hacer cosas que son diez veces más grandes que yo”. Ahora anda algo atareado, trabajando 14 horas al día y preocupado por sus ojeras. Es porque está preparando su primera línea de ropa femenina, que se presentará el 17 de febrero en la Valencia Fashion Week. Cuenta que estaba cansado de tener que buscar vestidos que encajaran con sus complementos y, ni corto ni perezoso, decidió diseñarlos él mismo. Se llamará Metamorfosis y “va a ser muy fuerte”, según confiesa con cara de pillo.
¿De qué trata el asunto? “Habla de la mujer en tres fases: las mujeres que aceptan el lado oscuro dentro de ellas y lo sacan, son las mujeres atrevidas; las que están a medio camino, por ejemplo, una mujer muy seria durante el día que se vuelve atrevida y sexy de noche; y, por último, las que no aceptan este lado oscuro. No necesariamente reprimidas, sino que prefieren disfrutarlo ellas solas”, explica el diseñador. ¿Y cuál ese misterioso lado oscuro? “Eso se va a explicar visualmente en la ropa”, dice, “unos dicen que las piezas que hago son atrevidas, otros dicen que son sexuales, otros que son religiosas… no es nada de eso, es el misterio, la interpretación de cada persona. Lo que yo digo que es el lado oscuro, para otros es fantasía y para otros es el animal que llevamos dentro”. Se trata, claro, de una colección para la alfombra roja y “no para ir al supermercado”. Después, lanzará su línea masculina.
Presume Awad en su web de ser el “hombre más feliz de la Tierra”. “Sí”, confirma, “soy muy feliz, estoy siempre alegre. De hecho mi nombre, Assaad, significa ‘el más feliz’. Pero, a pesar de estar saboreando las mieles del éxito, prefiere mantener los pies en el suelo. En la parte interior de sus antebrazos luce unos tatuajes en árabe, que vienen a decir algo así como “Polvo eres…” en un brazo y, en el otro: “…y en polvo te convertirás”.
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