Detenido en Gavà un hombre que mató a una mujer en Cádiz por encargo
Julio Balader cometió, supuestamente, el crimen a sueldo en venganza por dos asesinatos en Mérida. El Supremo le absolvió del cargo de asesinato, en 1986, de un mafioso
Agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron el miércoles en Gavà (Baix Llobregat) a Julio Balader por matar, presuntamente, por encargo a una mujer de 50 años en Cádiz. Le acusan de haber viajado a El Puerto de Santa María y disparar a la única persona que estaba en libertad con cargos después de un tiroteo entre clanes rivales, en Mérida (Badajoz), que acabó con dos fallecidos. Él lo niega.
Balader, de 61 años, ha estado vinculado al mundo del crimen desde los años ochenta. En 1986 su nombre llenó las hemerotecas, en relación con el asesinato del mafioso Raymond Vacarizzi, internado en la cárcel Modelo de Barcelona. Alguien efectuó dos disparos desde la calle que alcanzaron a Vacarizzi cuando este se acercó a los barrotes de su ventana, en la tercera galería, para intentar hablar con una mujer que le llamaba desde el exterior. La Audiencia de Barcelona condenó a Balader y a dos franceses por el crimen, pero el Supremo le absolvió porque no se cumplieron las garantías que exige la ley en el juicio, según la sentencia. Balader también fue acusado y absuelto del asesinato del mafioso Georges Manoukian en Francia. El hombre estuvo vinculado al clan Nivois, de Lyon.
Casi 30 años después, Balader ha sido detenido por vengar, presuntamente, el asesinato a tiros de una mujer de 71 años y su hijo de 38 en una pelea entre dos clanes gitanos ocurrida en Mérida en agosto. La policía ha dado con él en un ático de Gavà, donde vivía.
Balader formó parte de un clan mafioso en Lyón en los años ochenta
El origen de las tres muertes es una disputa por una cuestión sentimental. Una pareja del barrio de San Lázaro de Mérida se había separado y la familia del hombre acudió a aclarar ciertos términos con la de la mujer. La discusión se saldó con una ráfaga de balazos, a pocos metros de una comisaría de la policía, que mató a dos familiares de él.
Tras las muertes, la policía detuvo a 15 personas, halló 12 armas de fuego y blindó el barrio para evitar una oleada de violencia. Las personas vinculadas al clan de los presuntos asesinos iniciaron una diáspora: 33 viviendas fueron abandonadas por temor a las represalias.
La investigación apunta a que los familiares de las víctimas pusieron la venganza en manos de Balader, un especialista en “cobro de deudas” entre traficantes de droga, según una nota de la policía. El hombre viajó el 3 de septiembre a la barriada de Las Palmeras, en El Puerto de Santa María, donde se habían instalado varios miembros del clan huido.
El sicario esperó en un coche blanco a la víctima en la puerta de su casa, según la prensa local. La fallecida es la única persona que estaba en libertad con cargos por el tiroteo de Mérida. Según los medios locales, su marido ingresó en prisión por las dos muertes. La policía todavía no tiene claro qué tipo de arma usó el sicario, que causó varios orificios mortales en el cuello a la mujer.
Hace dos años, Balader se vio inmerso en otro asunto de ajuste de cuentas en Castelldefels (Baix Llobregat). Los Mossos d'Esquadra le buscaban por disparar, presuntamente, en las piernas a dos mafiosos en una taberna, en un caso vinculado con el tráfico de drogas.
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