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Pesadilla en Siena

El Bizkaia cae en su estreno en el Top 16 de la Euroliga ante un intratable Montepaschi

 Aaron Jackson lucha contra Shaun Stonerook.
Aaron Jackson lucha contra Shaun Stonerook.FABIO MUZZI (AFP)

El Gescrap Bizkaia empezó ayer con mal pie su lucha en el Top 16 de la Euroliga al caer ante un intratable Montepaschi Siena. Los de Fotis Katsikaris vivieron un sueño durante la primera parte del encuentro, en el que llegaron a aventajar en diez puntos a los italianos. Tras el descanso, sin embargo, el equipo de Simone Pianigiani volvió a ser el temido grupo que ha logrado hacer de su cancha un fortín del que es casi imposible salir ileso. De cada cien partidos en casa, el Siena gana 93. La inseguridad acabó por apoderarse del ánimo de los bilbaínos ante la elevadísima calidad de McCalebb y Andersen.

El Bizkaia empezó ofreciendo su mejor perfil de estratega, su más firme propósito de no sacar los pies de los estribos, y empezó a castigar al todopoderoso Montepaschi. Con Blums empezó la alegría anotadora desde la línea exterior y todo el primer cuarto fue una fiesta a la que pronto se unieron Mumbrú, D'or Fischer…en total, cuatro triples en seis minutos. El punto sobre el que pivota el juego interior del Siena, David Andersen, entró en acción para frenar la escalada vizcaína, que se hacía cada vez más fuerte.

El gran base McCalebb, llegó con pies de plomo para amarrar bien a Grimau y Mumbrú, que supieron abrir hueco a las felices incursiones de Mavroeidis y Vasileiadis.

El Bizkaia empezó ofreciendo su mejor perfil de estratega y sacando diez puntos de ventaja

Diez puntos de ventaja sembraron la sorpresa en el Palaestra, que rugía en busca de una reacción local. Ésta, unida a una acumulación de errores de los locales, incluida una defensa más laxa en el segundo cuarto, llegó de la mano de Niko Zisis y del atípico Stonerook. Un triplazo de Ress igualó el marcador en un 32-32.

Tras el descanso, el idílico panorama de poder dominar sin despeinarse al Siena se tornó un mal sueño. Fue justo cuando David Moss empezó a hacerse hueco en la canasta. Las alarmas saltaron ante su pericia, compartida con la estrella McCalebb. Fue Vasileiadis la tabla de salvación de los bilbaínos, al anotar tres triples casi seguidos haciendo frente con pico y pala a la férrea defensa italiana.

Con el partido girado por completo, los de Simone Pianigiani se empezaron a sentir cómodos y ya no hubo marcha atrás. El Palaestra se volvió un infierno intratable cuando Carraretto castigó y casi anuló a D'or Fischer a Raúl López.

El Bizkaia aguantó el tipo en todo momento y trató de manejar el último cuarto con pericia para no dejar que la brecha fuera mayor. Jackson hizo su papel en los minutos finales, pero fue incapaz de aplacar a unas fieras como McCalebb y Andersen, que se pasearon por la cancha como leones satisfechos tras capturar una rebelde y suculenta pieza.

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