La excavación en Sants Just i Pastor hace aflorar restos romanos del siglo I
Se elaborará un plan arqueológico para intervenir en todo el subsuelo del templo
Ignasi Pous, un fabricante de espadas fallecido en 1737, ha mantenido durante siglos un gran secreto, que se llevó, literalmente, a la tumba. Sus restos, enterrados en una fosa junto al altar de la basílica de los Sants Just i Pastor de Barcelona, junto a la plaza de Sant Jaume, han compartido espacio con estructuras romanas del siglo IV, en concreto un muro en forma absidal y una enorme columna de granito de 80 centímetros de diámetro que formaron parte de un gran edificio público, seguramente de uso religioso. Lo mismo le ocurrió al carpintero Ramon Canals i Muns y a otros vecinos acomodados de la ciudad que fueron enterrados a comienzos del siglo XVIII en esta iglesia, tal como recuerdan las inscripciones de sus lápidas.
Que la basílica, dedicada a estos dos jóvenes que fueron martirizados en tiempos del emperador Diocleciano tras no renegar de su fe, tenía una larga historia era algo que se suponía, pero los trabajos arqueológicos realizados en varias zonas del interior han puesto en evidencia que este templo gótico, considerado el cuarto edificio religioso de la ciudad —tras la catedral, Santa Maria del Pi y Santa Maria del Mar—, hunde sus raíces en la época de la fundación de la ciudad romana, alrededor del año 10 de nuestra era. Así lo han demostrado los restos aparecidos en la capilla del Santísimo, situada en el lado del Evangelio, aprovechando que había que cambiar el suelo de madera, carcomido por las termitas.
En este recinto, donde los sacos de arena apilados en las paredes recuerdan las imágenes de la Guerra Civil, ha aparecido, a unos cuatro metros de profundidad, un muro de unos 80 centímetros de grosor que ha sido fechado en el siglo I y, por tanto, contemporáneo a la fundación de la Colonia Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino, la romana Barcelona. Según Julia Beltrán, conservadora jefe del Conjunto Monumental Plaza del Rey del Museo de Historia de Barcelona, y una de las mayores especialistas en arqueología cristiana, se trata del muro de una de las principales calles de la ciudad romana, uno de los cardus que cruzaba la ciudad de este a oeste. Sobre este muro, conservado perfectamente, se ha recuperado en los trabajos que ha dirigido la arqueóloga Josefa Huertas un enorme muro de un edificio más tardío, que podría pertenecer a un edificio administrativo o comercial.
Los hallazgos, importantes por ser los primeros que se realizan en esta manzana, insulae, de Barcino, situada en esta zona de la ciudad cercana al foro romano (el centro político, comercial y religioso de la ciudad romana), han permitido asegurar a los arqueólogos municipales que la basílica de los Sants Just i Pastor es, junto con la catedral, el edificio religioso más antiguo que se conserva en Barcelona, ya que abarca 1.700 años de culto.
Los arqueólogos han actuado en una tercera zona del templo: en el deambulatorio situado tras el altar mayor. Allí han encontrado un osario con miles de fragmentos de huesos humanos que, según el párroco mosén Armand Puig, pertenecen a caídos en la defensa de la ciudad en 1714. “No tenemos el Fossar de les Moreres, pero sí los huesos de los que allí murieron”, aseguró el sacerdote, que ha recordado que por entonces, capellanes de Sant Just cruzaban las líneas defensivas para atender a sus fieles refugiados en Montjuïc. El trabajo de investigación tendrá que acabar determinando si los huesos son de este momento exacto.
Se elaborará un plan arqueológico para intervenir en todo el subsuelo del templo
La presentación de estos primeros resultados de la excavación realizados por el teniente de alcalde de Cultura, Jaume Ciurana, están dentro del giro de transparencia y divulgación que quiere dar el Ayuntamiento de CiU a todo lo relacionado con la arqueología de la ciudad. Ciurana, gran entusiasta de la arqueología, anunció que, tras las conclusiones, se creará un proyecto de investigación que ha de permitir seguir excavando todo el subsuelo. “Se hará poco a poco y sin interferir el culto”, aseguró el representante municipal, que defiende que la arqueología no solo ha de ser preventiva, sino planificada y “proactiva”. Ciurana, que presentó el organigrama de cómo quedará la arqueología municipal la pasada semana, llevará hoy a la Comisión Municipal de Cultura sus medidas para reorganizar el Servicio de Arqueología de la Ciudad, en el que establece dos áreas: la investigación arqueológica y la documentación.
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