Multado por indigente
El Ayuntamiento de Barcelona sanciona cada día a tres personas por dormir en la calle La Síndica de la ciudad critica que se pierda el tiempo con multas que no se pueden cobrar
Carlos, John y Miquel forman parte del grupo de los sin techo que pueblan la plaza de Folch i Torres en el Raval de Barcelona. Junto con media docena más de compañeros, forman un círculo alrededor de cartones de vino, una caja de cereales y una radio destartalada que les ofrece acompañamiento musical. La rutina del grupo se vio alterada el martes por la presencia de los medios de comunicación. La Síndica de Greuges de Barcelona dirigió los objetivos sobre este colectivo para criticar al Ayuntamiento de Barcelona por multar a los indigentes por dormir en la calle. “No tiene sentido. Es sorprendente que el Ayuntamiento pierda el tiempo poniendo multas a personas sin recursos y que no pagarán nunca”, critica la síndica, Maria Assumpció Vilà.
El Ayuntamiento cursó en 2011 (no hay datos del mes de diciembre) un total de 1.169 denuncias contra personas que dormían en la calle, una cifra similar a la de 2010, cuando se impusieron 1.239. Ello se traduce en tres multas diarias contra personas que pernoctan en la vía pública. El Ayuntamiento matiza que en este concepto se incluyen mayoritariamente mochileros y jóvenes turistas que acampan en la calle, y así lo demuestra que las sanciones despunten especialmente en verano. En julio y agosto se firmaron 176 y 263 multas, respectivamente, mientras que en invierno la cifra bajó hasta las 30 denuncias.
Dormir en la calle puede costar hasta 500 euros, según las ordenanzas
La ordenanza de civismo de Barcelona, que entró en vigor en 2006, prevé multas de hasta 500 euros por acampar y dormir en la vía pública. Pero la normativa recoge también que “en ningún caso se impondrá la sanción” a personas en riesgo de exclusión social. El Ayuntamiento se afana en negar que se multe a indigentes por dormir en la calle, pero las estadísticas evidencian lo contrario. Este tipo de sanciones acaban cayendo en un pozo sin fondo, porque nunca se pagan. En ocasiones, como acto de desafío, rompen las papeletas amarillas ante los agentes. “¿Usted cree que voy a pagar 180 euros de multa cuando duermo en la calle?”, espeta Carlos.
John tiene 40 años y en los cuatro meses que lleva pasando las noches sobre el duro asfalto le han puesto hasta siete multas. Carlos atesora hasta 20 sanciones en sus dos años residiendo en la calle, mientras que Miquel ha perdido la cuenta de las denuncias que la Guardia Urbana le ha entregado en los 22 años que hace que vaga por las calles. No todas las sanciones son por dormir al raso, sino que gran parte son por beber u orinar en la vía pública. “Sabemos que está mal mear en la calle, pero si no nos dejan entrar en los bares y no hay lavabos públicos, ¿qué hacemos?”, se queja John.
El Consistorio dice que la mayoría son mochileros y jóvenes turistas
Los pobladores de la plaza de Folch i Torres han optado por ignorar las multas del Ayuntamiento. Pero hay quien ha preferido levantar la liebre y llevar el caso a la Síndica de Barcelona. Un sin techo de origen italiano y también morador del barrio del Poble Sec interpuso una queja ante la Defensora y presentó una multa con un importe de 473 euros por acampar y dormir en la vía pública. Cuando la síndica pidió explicaciones al Ayuntamiento, le informaron de que esta persona acumula hasta un centenar de sanciones por diferentes motivos.
La síndica barcelonesa, Maria Assumpció Vilà, considera que las “campañas sancionadoras” hacia el colectivo de los sin techo “son negativas y en muchos casos solo buscan tener un efecto intimidatorio”. La defensora de los ciudadanos apuesta por reforzar las acciones sociales que den cobertura a los sin techo, como promover los pisos sociales, ya que los albergues no tienen suficiente capacidad como para asumir a todos los sin techo de Barcelona.
Las denuncias realizadas por la Síndica han despertado críticas de los partidos políticos. Assumpta Escarp, exconcejal de Seguridad de Barcelona (PSC) defiende que la ordenanza de civismo “no se hizo pensando en que los sin techo ni la pobreza fueran multados”. “Está claro que el sistema no ha funcionado”, lamenta. Por su parte, Ricard Gomà, concejal de Iniciativa Verds-Esquerra Unida, califica de “indignantes y antihumanas” las multas impuestas a este colectivo.
Desde la Fundació Arrels, que da asistencia a las personas sin hogar, su portavoz, Ramon Noró, critica la actitud de la Guardia Urbana, pero pide otro enfoque del problema y que se incida en la realidad del colectivo. “Que haya gente viviendo en la calle es una señal de alarma y esto es lo que hay que atajar”, zanja Noró. También los moradores de Folch i Torres piden comprensión por parte de los vecinos. “Esta situación no es buscada, de repente te encuentras viviendo en la calle”, tercia Carlos.
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