Edificios para poner en valor un oficio
Tras su éxito en Matadero, los jóvenes Langarita y Navarro harán en la Serrería Belga el nuevo Medialab
En el jardín que da entrada al estudio, un par de sillas Acapulco aguantan desubicadas el invierno madrileño. María y Victor, los arquitectos de Langarita y Navarro, las trajeron de México para transformar la Nave 15 de Matadero en la Red Bull Music Academy Madrid, una obra a medida de la crisis -ingeniosa, flexible, barata- que ha puesto en el mapa a esta joven pareja de arquitectos nacidos en 1979.
Pero antes de ser los arquitectos del momento y de cumplir los 30 años, la pareja ganó en 2007 el concurso para convertir la antigua Serrería Belga en el nuevo Medialab. Concurso al que también se presentó Zaha Hadid. "Nosotros, construido, teníamos una casa unifamiliar", recuerda Langarita mostrando los planos del proyecto ganador, cuyo lema era Streetfighter: La Cosa vs. La Serrería. "Como en el videojuego,hay dos identidades que mantienen un combate de igual a igual, en este caso dialéctico, entre lo pesado y lo ligero, lo rígido y lo flexible", explican. "Tanto el edificio industrial de principios del siglo XX como lo que ponemos nosotros, La Cosa, tendrán sus poderes particulares, como en el juego, y la experiencia es lo que se crea entre los dos". La obra, alargada por "temas de financiación", se inaugurará a mediados de 2012 ("falta por hacer un 30%") y será "la primera programación del Ayuntamiento en el llamado triángulo del arte". El edificio de hormigón, uno de los primeros de Madrid, sirvió de almacén y taller de molduras de la madera que llegaba del monte del Paular. A partir de verano alojará arte avanzado y experimental en el que "lo importante son más los procesos que los resultados".
María Langarita y Víctor Navarro
En verano de 2012 está previsto que se inaugure la "rehabitación" de la Serrería Belga (calle Alameda) que alojará Medialab. Un proyecto que la joven pareja ganó en 2007, en un concurso al que también se presentó Zaha Hadid, y que completa, con la Nave de la Música de Matadero, su aportación a la capital.
¿Qué retos presenta 2012 para la profesión? "Cada vez está más devaluada, hay que dejarse de beatas autopenitencias, de sentirse culpables por una crisis en la que no participamos y volver a poner la profesión en valor", dicen. Profesionalmente les gustaría hacer vivienda pública y les interesa ver qué pasará con Tabacalera, "un lugar imposible de replicar desde la arquitectura", que encierra grandes lecciones sobre la importancia de las acciones pequeñas. ¿Algún consejo para sobrevivir el año que viene? "Este no es momento de encogerse, sino de correr más rápido".
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