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Crítica Literaria
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

‘La gente’, de Felipe Benítez Reyes, un acertado recuento de naderías

Con recursos cervantinos como el feliz empleo del humor, el juego de espejos entre los personajes y la idea del “manuscrito hallado”, el escritor gaditano ofrece con su última novela una gozosa lectura

Felipe Benítez Reyes encierra su novela La gente en sendos paratextos que explican los orígenes y avatares del “manuscrito hallado” e iluminan su sentido. En el primero, un prólogo, Alberto Márquez Rancés da cuenta del hallazgo, a la muerte de su tío abuelo Miguel Rancés Olivares, de una carpeta con legajos y otros papeles de diversa índole, entre los que había un manuscrito en cuya portada se leía “La gestión de lo invisible”, “La gente”, “Personajes secundarios” y “Los afanes”. Cualquiera de estos títulos resume y define bien el carácter de la novela que el lector tiene en sus manos, como lo hacen igualmente los dos subtítulos —“Una novela en estampas”, “Mural de los espectros”—, pues, según leemos ya en sus páginas, el propósito del autor —un hombre culto que se relacionó con algunos poetas de renombre— no era alcanzar la gloria literaria, sino dejar un testimonio escrito de nuestro paso por “esta entretenida feria de las fugacidades”, “un recuento intransferible, en fin, de naderías”.

El segundo paratexto va firmado por Vicente Ruiz de Lara, un amigo y compañero lejano de Alberto Márquez, que en 2018 recibe, por mandato testamentario de este, unas cajas que contienen novelas inéditas y poemas del amigo junto con los papeles de Rancés, entre ellos el manuscrito y el mecanoscrito de La gente, que cotejará para proceder a la edición del mismo, rescatando pasajes mutilados y anulando correcciones estilísticas dudosas. Fruto de esa labor que le llevó a analizar el texto desde una perspectiva más distanciada e imparcial, son las certeras puntualizaciones que hace sobre una novela que no tiene un desarrollo propiamente narrativo, opera mediante un sistema de engarces y carece de intriga. Es, nos dice, “una fragmentación de la realidad, un rompecabezas costumbrista […] un amasijo, en fin, de personajes y de tiempos desordenados”.

Un vasto repertorio de figuras representan la vida cotidiana en sus múltiples planos y expresan en minúsculos latidos lo sepultado en la memoria, la conciencia, los sentimientos o los afanes personales

No tendría sentido citar estas líneas —firmadas por el verdadero autor, Felipe Benítez Reyes— si no ofrecieran una certera radiografía de La gente, novela cervantina por más de una razón, sin ser la principal el recurso del manuscrito hallado, que tantos recelos le suscita a Alberto Márquez. Lo es el apabullante despliegue de realidad —dentro del microcosmos acotado: Rota (Cádiz)—, la entrada en el abigarrado retablo-relato de un vasto repertorio de figuras que representan la vida cotidiana en sus múltiples planos —el trabajo, los hábitos y costumbres, la mentalidad, todo cuanto discurre en espacios públicos muy bien trazados así como en los interiores ahumados—, y que expresan en minúsculos latidos lo sepultado en la memoria, la conciencia, los sentimientos o los afanes personales, a la par que muestran el transcurso del tiempo —desde la Guerra Civil y sus umbrales a la agonía de Franco—, en el plano social, político, etc. Es asimismo cervantino el juego de perspectivas, que nos brinda el destello de unos personajes —y sus actos— en otros, incluidos apodos y manías. Y sin duda lo es también el feliz empleo del humor y la ironía, que nos proporciona momentos hilarantes, urdidos a partir del ingenio o de algún mínimo y certero detalle, y verbalizados de manera ejemplar. La parodia, que también sacude estas páginas, la reserva el autor para las tiradas de carácter estético o literario: no en vano desfila por aquí mucho erudito local.

La gente es una gozosa lectura que, entre líneas, nos va invitando también a meditar sobre nosotros mismos, revelando que la vida puede ser “una extraña ficción representada ante los otros”.

La gente

Felipe Benítez Reyes
Fundación José Manuel Lara, 2025
160 páginas. 15 euros

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