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Crítica literaria
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

‘Mi marido’, de Maud Ventura: servidumbres y angustias del amor romántico

La autora francesa triunfó con este ‘thriller’ sobre una mujer que tras 15 años casada sigue presa de la conmoción propia del primer enamoramiento. Una coda final remata el artificio de la trama

Maud Ventura en septiembre de 2024 en el festival 'Les Correspondances' celebrado en le sur de Francia.

Todo escritor firma con el diablo un pacto que le impide leer por placer. Se le permite, a cambio, desmantelar cualquier texto en busca de esos resortes —estilísticos e incluso pecuniarios— que mejorarán, si aprende a pulsarlos, la calidad y recepción de su nuevo trabajo. La curiosidad empuja, ante una novela de éxito, a ampliar las pesquisas: ¿Qué mecanismos impulsan a un texto a convertirse en superventas? ¿Se agazapan en él o lo trascienden?

Mi marido, de la escritora francesa Maud Ventura (32 años), parece uno de esos trabajos destinados a la notoriedad: publicado en 2021, llega a España, en traducción de María Teresa Gallego y Amaya García (madre e hija), precedido por la etiqueta “Mejor primera novela en Francia”. El punto de partida es atractivo: tras 15 años de convivencia con su esposo, la protagonista sigue presa de la conmoción propia de los principios del enamoramiento, y ante la posibilidad de disfrutar de su vida —perfecta, en apariencia— insiste en malgastar su energía en distorsionar cada gesto, magnificar cada detalle y analizar cada movimiento hasta el delirio, avanzar dominada por el miedo al abandono y, aun teniendo la independencia económica que le brinda un empleo, constituir su rutina alrededor de la presencia del marido, al estilo de esas trad wives (esposas tradicionales) que estos días —si nos guiamos por lo que los algoritmos se empeñan en promover— parecen estar ganando terreno. La novela incita a preguntarse, con cada redoble de la apuesta, qué as en la manga oculta su autora.

El estilo es ágil; a Ventura le sobra oficio para mantener la tensión, y la atención, desde principio a fin. La singularidad del texto, sin embargo, limita su análisis: descansa de tal modo en la trama que no es posible referirse a él con libertad, y menos con vocación crítica, sin aludir a un giro que, aun sin entrar en detalles, acabaría desactivando el artefacto. Vaya por delante, en todo caso, que esta reseña contiene un spoiler —¿qué sustantivo usábamos, antes de que las redes nos empujasen a adoptar esa palabra?—, puesto que se me urge a desballestar el mecanismo. Les invito a saltar a la última frase: será como taparse los oídos.

El trabajo de Ventura, que pone bajo una lente de aumento las servitudes y angustias del amor romántico hasta mostrar su cara más aberrante —y escribo hasta, y no para, pues el final lo cambia todo, empezando por la preposición—, no adquiere su verdadera entidad hasta la llegada de un breve epílogo, una coda inteligente —por insospechada— que resulta sin embargo algo falaz, la prima rica del socorrido recurso “y era un sueño”: es ahí donde se revela, por boca del marido, que la raíz de la paranoia de la protagonista es fruto de una exquisita manipulación orquestada por él mismo. Sus razones, simplemente esbozadas, no ofrecen otra opción que encomendarse a la psicopatía de un personaje que ha torturado a su esposa durante 15 largos años, amparándose en su propio beneficio, cuando habría conseguido mucho más de haberle mostrado la ternura que ella tanto ansía. Y, pese a todo, es innegable que la novela —de igual modo en que lo hará la película, si algún día se rueda—consigue, como buen thriller, su propósito: se lee con placer —culpable o no—, mientras se acepte pasar por alto ese artificio.

Portada de 'Mi marido', de Maud Ventura

Mi marido

Maud Ventura
Traducción de María Teresa Gallegos y Amaya García
Nórdica, 2025
204 páginas
21,50 euros


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