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Tacita Dean: tiempo, imagen y transformación

Una exposición reúne varias obras de la artista británica realizadas mediante la técnica del fotograbado y el ‘offset’, piezas que exploran su interés en la memoria colectiva y en la materialidad de la imagen. Cada impresión se convierte en un archivo vivo, un fragmento del pasado en constante cambio

'Palast' (2005). Tacita Dean.
'Palast' (2005). Tacita Dean. Cortesía de la artista y BORCH Editions
Gloria Crespo MacLennan

Expulsion from Paradise (2021) es el título de un fotograbado de Tacita Dean (Canterbury, 1965). Está inspirado en un fresco de Masaccio, La expulsión de Adán y Eva del Paraíso, una de las obras que más han marcado a la artista británica. Tenía 17 años cuando viajó a Florencia, con el único objetivo de ver la pintura. Iba a ser su primer encuentro con el arte descubierto originalmente en un libro. Pero la capilla Brancacci, dentro la iglesia Santa María del Carmine, estaba cubierta de andamios y tapada. Agachada bajo una lona azul, la joven pudo distinguir a Adán y Eva. Arrancadas de su contexto, las figuras aparecían “recortadas, emblemáticas y autosuficientes”. Desde entonces las ha dibujado una y otra vez. Primero sus pies, solos. Luego enteras, sobre un fondo negro, con tiza; un material utilizado, hasta hace poco, por todos los niños, que se ha convertido en la principal herramienta de esta artista. Con tiza dibuja y borra y escribe anotaciones. Para hacernos pensar en la fragilidad del ser humano, en lo que significa estar vivo, en la memoria y en el tiempo, y en la materialidad de la imágenes, mediante la simplicidad y la gracia de un único movimiento de la mano.

Ahora Expulsion from Paradise (2021), forma parte de la exposición Fragments of Time: Photographs as Archive y puede verse en la galería Bernal Espacio, organizada en colaboración con BORCH editions. La muestra reúne piezas realizadas mediante uno de los métodos más antiguos de transferir imágenes fotográficas al papel: el fotograbado. Técnica de la que Dean hace uso con frecuencia y en la que queda muy bien expresado su interés por los procesos analógicos y la historia. Además, se adecúa a su necesidad de trabajar “justo debajo del nivel de lo consciente”, tal y como asegura la propia artista en Tacita Dean: Looking to See (2018), un documental sobre su obra, realizado por BBC. “Nunca se hacia dónde voy. Necesito no saberlo”, añade. El fotograbado “siempre implica un tipo de ceguera”, asegura el impresor Niels Borch Jensen, con quien la artista colabora desde hace 25 años. “Lleva implícito cierto grado de sorpresa. Cualquier artista que hace uso de él podrá sacar provecho de esa inseguridad, como una forma de distanciarse de la obra, pero Dean lo lleva a un punto mucho más extremo que el resto: deja que toda su obra dependa de algo que no espera”.

Las obras de Dean tienen una carácter casi espectral, donde lo transitorio parece materializarse. La fotografía le sirve no solo para atrapar un momento fugaz, sino para ahondar en fragmentos del pasado, mediante una extraña habilidad para revelar el paso del tiempo y adentrarse en la esencia de las cosas. Con frecuencia serán las imágenes fijas de sus propias películas las que transfiera a la plancha. Como en el caso de Palast (2005), realizada con una secuencia de tomas fijas de uno de sus filmes con el mismo nombre. El Palacio de la República, sede del parlamento de la República Democrática Alemana, conocida como “la casa de las mil ventanas” y sentenciada a la demolición, tras un intenso debate, está en el centro de ese trabajo en el que ofrece una serie de poéticos efectos visuales que recogen los cambios de luz y reflejos de los edificios cercanos en sus ventanales, mientras se pone el sol. De igual forma Craneway Event (2010), captura uno de los últimos ensayos del coreógrafo Merce Cunningham, filmados en la planta de Ford de Richmond, California. En ese gigantesco espacio diseñado por Albert Khan el exterior se integra en la obra de Dean a través de grandes vidrios para asegurar la continua intervención del azar en la obra, mientras el flujo del movimiento de la danza parece materializarse en el espacio, enmarcado por la luz.

“La cámara ve el tiempo, y es la primera máquina en la historia que lo hace”, asegura la artista en una entrevista. Su primera cámara de cine fue la Standard 8 que le regaló su padre. Más tarde adquirió una Super8. Fue en la Falmouth School of Art, en Cornualles, donde descubrió la película de 16mm. La presencia física y tangible del celuloide, y por tanto su fragilidad, así como la incertidumbre inicial que ofrece frente al vídeo, convirtió a la artista en una firme defensora de la película, no solo como medio artístico, sino como un acto de resistencia contra la desaparición de las tecnologías analógicas. Así, en 2011 creó FILM, para ser exhibida en el Turbine Hall de la Tate Gallery. Buscaba “revivir la espontaneidad y el riesgo”, “mostrando el cine tal y como puede ser”. La artista pintó e intervino los fotogramas con el fin de crear una experiencia única para el espectador, testigo de un trabajo monumental realizado de forma artesanal donde lo real se mezcla con lo imaginario.

Más tarde hará uso de estos fotogramas para la creación de FILM Still for ACCA (2013) mediante la técnica offset. Si bien para esta última pieza la artista tomó como inspiración una montaña imaginaria, salida de la novela El monte análogo de René Daumal, será el monte de la Tentación, en el desierto de Judea, el protagonista de Study of Quarantania (2018). La obra parte de un vieja postal de la montaña donde Jesucristo pasó cuarenta días y cuarenta noches sin comer, tentado por el diablo. Así, Dean integrará una serie de colores psicodélicos a la impresión como referencia al delirio del ayuno, que tienen como resultado un bello paisaje de extraña belleza, frágil y suspendido en el tiempo. Los fotograbados de Dean son espacios vivos de memoria, capaces de rescatar momentos, rastros, historias y tecnologías al borde del olvido. Fragmentos incompletos, siempre en constante estado de transformación.

Fragments of Time: Photographs as Archive. Bernal Espacio. Madrid. Hasta el 8 de marzo.


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Sobre la firma

Gloria Crespo MacLennan
Ha desarrollado gran parte de su trayectoria profesional en EL PAÍS como editora gráfica y periodista cultural especializada en fotografía. Colabora en diversos medios de comunicación y ejerce como comisaria independiente de exposiciones. Es directora de un documental sobre la pintora Maria Blanchard, ‘26, Rue du Départ. Érase una vez en París’
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