‘Les bàrbares’: tres modelos de renuncias y sacrificios

El teatro sobrevive gracias a las mujeres de mediana edad. Ellas son las espectadoras mayoritarias en nuestras plateas, las que organizan grupos de amigas y las que arrastran a sus maridos a ver ese espectáculo del que todo el mundo habla. Es un gusto ver a tres actrices estupendas como Francesca Piñón, Cristina Plazas y María Pujalte en escena, pasándoselo teta con un texto que habla de la amistad entre mujeres. Por una de esas carambolas ligadas a la impredecibilidad de la cartelera, se acaba de estrenar Les bàrbares, de Lucía Carballal, en el Teatre Borràs, una coproducción bilingüe de La Brutal y Bitò. La autora es poco o nada conocida en Barcelona, ciudad donde debutó profesionalmente, y este montaje no tiene nada que ver con el que se estrenó en el Teatro Valle-Inclán en 2019.

Tres amigas se reúnen en el hotel La Juventud para recordar y celebrar a Bárbara, la cuarta (y más joven) del grupo, muerta recientemente. Todo sucede en un vestíbulo tapizado en rojo: lámparas de araña, cócteles elegantes y muebles de diseño (bonita escenografía de Marc Salicrú y Josep Iglesias). También hay una pianista de bar, muy importante. Carballal nos habla de tres modelos de mujeres que han triunfado y fracasado a partes iguales, porque todas ellas han llegado donde están a base de renuncias y sacrificios. Susi es, aparentemente, una mujer rica y feliz, y María Pujalte la retrata con el frescor y las burbujas de una copa de champán. Encarna es la madre y abuela, funcionaria de profesión, la que podría parecer el perfil más gris: Francesca Piñón (maravilloso vestuario de Maria Armengol y caracterización de Núria Llunell) es una reina de la comedia, y sus momentos hilarantes son incontables. Ella es, en realidad, la única madre trabajadora de las tres, cosa que reivindica con justicia. Cristina Plazas (hace poco la veíamos en un espectáculo a las antípodas de este como Pura passió) interpreta a Carmen, una arquitecta de éxito y antigua portada de El País Semanal, que se encuentra en una profunda crisis laboral y vital. Su dilema es el más inverosímil de la obra, al que se le suma una peliculera bolsa de dinero dejada por la difunta, gancho que Carballal nos suelta para abandonar al cabo de poco.

Las canciones ‘Porque te vas’ de Jeanette, ‘Me olvidé de vivir’ de Julio Iglesias y ‘Yo no soy esa’ de Mari Trini añaden capas de nostalgia y melancolía a una comedia aparentemente ligera y frívola

La pianista del bar es Berta Gratacós, con un espectral parecido a Bárbara, que entona canciones de los años setenta y ochenta como comentario a la acción: ‘Porque te vas’ de Jeanette, ‘Me olvidé de vivir’ de Julio Iglesias y ‘Yo no soy esa’ de Mari Trini añaden capas de nostalgia y melancolía a una comedia aparentemente ligera y frívola. Lucía Carballal apunta muchos temas que no acaba de desarrollar, sin profundizar demasiado en el feminismo, el éxito profesional o la maternidad. Recordaremos especialmente Les bàrbares por sus tres protagonistas: aquellas Chicas de hoy en día (mítica serie de los noventa) se han convertido en mujeres adultas y libres. Y con derecho a tener todas las contradicciones que les dé la gana.