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CRÍTICA TEATRAL
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Los ‘riders’ de Claudio Tolcachir no prenden

La nueva obra del autor teatral argentino coloca a los repartidores ciclistas en un mundo tan marginal que acaban resultando ajenos

Escena de 'Los de ahí', de Claudio Tolcachir.
Escena de 'Los de ahí', de Claudio Tolcachir.Bárbara Sánchez Palomero
Raquel Vidales

Una gran rueda de bicicleta protagoniza el cartel de Los de ahí, la nueva obra del dramaturgo argentino Claudio Tolcachir, dirigida por el propio autor con producción del Centro Dramático Nacional. Simboliza el asunto central de la obra, protagonizada por tres riders: esos repartidores ciclistas que transportan paquetes por las ciudades a toda pastilla. En pocos años se han hecho indispensables en el paisaje urbano. Como los semáforos, las señales de tráfico, las marquesinas o los pasos de cebra. Es decir, no los vemos ya porque siempre están ahí.

Sobre esa idea de “invisibilidad” se edifica la pieza. “Seres ignorados, de los que normalmente no recordaríamos rostro ni nombre. Quizá sea eso: detener la marcha, acercar la lente hasta identificar sus miradas y sus voces”, escribe el autor en el programa de mano. Podría deducirse que el espectáculo desarrolla una temática laboral, pero nada más lejos. Rehuyendo la prosa política, Tolcachir trabaja en un plano puramente artístico y coloca a sus protagonistas en un espacio metafórico. Un descampado cochambroso a las afueras de una ciudad, acechado por la basura y las garrapatas, donde los riders se reúnen en torno a la máquina expendedora de paquetes, sucia y destartalada, con un punto apocalíptico estilo Mad Max.

De esta forma, Tolcachir escarba sin caer en el sermoneo moral en cuestiones como el desarraigo, la incomunicación, la deshumanización en el mundo laboral y lo que él llama la “indiferencia social”. Pero con un efecto rebote fatal. Al situar a los personajes en un lugar absolutamente marginal, los expulsa de la sociedad. Pero los riders no son personas marginales ni sintecho, están en el centro de la vida contemporánea. Son nuestros vecinos, nuestras hijas, nuestros sobrinos. Somos nosotros cuando nos toca estar ahí.

Esta contradicción lastra el espectáculo. Porque nos aleja de los personajes y sus problemas. Empatizamos en algunos momentos, pero son tan ajenos que acaban por resultar indiferentes. Justo lo contrario del propósito de la obra. También tiene que ver con la manera en que están dibujados: el autor da poca información, descubrimos detalles de sus vidas a medida que avanza la función, pero en realidad quedan siempre en segundo plano: el espacio marginal cobra tanto protagonismo que los arrolla. Por otra parte, sus diálogos son intrascendentes y dilatados. Hablan y hablan, pero lo que dicen no interesa demasiado. Esa cháchara delirante, absurda y alucinógena que tan bien le ha funcionado a Tolchachir en obras anteriores, sobre todo su superéxito La omisión de la familia Coleman, se hace pesada aquí porque no estalla: apunta conflictos, pero no los lleva al límite.

Los actores interpretan sus papeles con solvencia, aunque les falta un punto de energía. Están los mejores ingredientes del teatro de Tolcachir, pero como si la masa esta vez no hubiera subido. Además de los tres protagonistas, hay un cuarto rider que no aparece nunca, pero que está muy presente y produce angustia: un día desapareció y los demás temen lo peor porque dejó ahí su bicicleta. Y las parejas de dos ellos: una joven superada por su reciente maternidad y otra mujer que abandonó marido e hijos para fugarse con el rider. La joven habla un idioma que el resto no comprende, pero la extranjera no es ella sino los demás. Son extraños en un mundo hostil que no entienden y completamente despersonalizado: su único vínculo con él es una máquina que vomita paquetes y dinero.

LOS DE AHÍ

Texto y dirección: Claudio Tolcachir. Reparto: Nourdin Batán, Fer Fraga, Malena Gutiérrez, Nuria Herrero y Gerardo Otero. Teatro María Guerrero. Madrid. Hasta el 9 de marzo.

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Sobre la firma

Raquel Vidales
Jefa de sección de Cultura de EL PAÍS. Redactora especializada en artes escénicas y crítica de teatro, empezó a trabajar en este periódico en 2007 y pasó por varias secciones del diario hasta incorporarse al área de Cultura. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.
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