Niña con máquina de escribir
La artista y poeta chilena Cecilia Vicuña, premio Velázquez 2019, narra en primera persona el germen de un trabajo que en febrero será objeto de una retrospectiva en España

Yo era una niña con máquina de escribir. Vivía entre bosques, chacras y bibliotecas. Para mí, el arte, los libros y el mundo eran territorios salvajes embelesados en su ser y en la sinfonía discordante y absurda que los unía. Nací y crecí en el seno de una familia de corrientes opuestas y unidas, odio y amor ensamblados en la disputa cósmica entre el padre de origen europeo y la madre indígena. Ambas corrientes se mezclaban y yo jugaba con ellas como si fueran ráfagas de luz y sombra, dulzor y rabia. Nadie me vigilaba y sola hacía y deshacía, inventando mundos y lenguajes en una mística animal...
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