El tesoro natural
Kirguizistán es un gran cofre asiático que guarda riquezas y sorpresas: un lago del tamaño de Asturias y una de las mayores minas de oro del planeta, pueblos nómadas que aún cazan con águilas y montañas de belleza sobrecogedora. La URSS lo cerró a miradas ajenas. Ahora, ese tesoro, que acaba de vivir una revuelta popular, se abre al mundo.