Milei se abraza a la teoría del complot para proteger a su hermana de las acusaciones de corrupción
El Gobierno asegura que la difusión de grabaciones ilegales de Karina Milei tiene como objetivo desestabilizarlo en la víspera de las elecciones legislativas


Javier Milei se considera víctima de un complot internacional, pergeñado por “periodistas espías” vinculados a los servicios secretos rusos y venezolanos. El martes, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, advirtió que están dispuestos a ampliar la denuncia por la filtración periodística de conversaciones de Karina Milei, hermana del presidente y secretaria de Gobierno, registradas en su despacho en la Casa Rosada. Ya consiguió que un juez prohibiese la difusión de nuevos audios, lo que le valió todo tipo de acusaciones de censura previa y ataque a la libertad de prensa. El fiscal que recibió el expediente, Carlos Stornelli, impulsó la investigación, pero aclaró que de ninguna manera violará el secreto de las fuentes de los periodistas responsables ni allanará sus domicilios, como pidió al juez el Gobierno.
La embestida judicial contra la difusión de los audios de El jefe, como llama Milei a su hermana, forma parte de una estrategia defensiva de emergencia que ha permitido a la ultraderecha, en parte, recuperar la iniciativa. El Gobierno llevaba días resistiendo el impacto de otros audios en los que el director de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), Diego Spagnuolo, involucra a Karina Milei y dos de sus principales asesores, los primos Martín y Eduardo Lule Menem, en una trama de corrupción en la compra de medicamentos para su cartera.
Si la intención de los filtradores fue hacer daño, lo lograron con creces. Milei acababa de vetar, con el argumento de que atentaba contra el superávit fiscal, una ley que otorgaba más fondos a los tratamientos de las personas discapacitadas sin recursos. Mientras el Gobierno quitaba cientos de pensiones por invalidez, la voz del responsable del área denunciando sobornos fue un golpe durísimo para Milei y su bandera de lucha “contra la casta” y los “chorros [ladrones] kirchneristas”.
Los audios de Karina Milei acrecentaron días después el desconcierto: la persona más poderosa de la gestión libertaria y sostén anímico del presidente había sido grabada en su despacho sin que los servicios de inteligencia se hubiesen enterado. Las miradas apuntaron a un topo dentro de la gestión, tal vez alguna víctima de la guillotina con que el presidente suele pagar a los subalternos rebeldes Pasada la etapa de estupor, sin embargo, la Casa Rosada encontró la forma de sacarle rédito a las grabaciones colocándose como víctima.
La denuncia judicial se centra en el espionaje a Karina Milei, pero nada dice de los otros audios, los de Spagnuolo, tan cuestionables en su origen como estos, pero mucho más peligrosos en su contenido. La hermana presidencial apenas llama a estar unidos o pide que apoyen a Martín Menem en su papel de presidente de la Cámara de Diputados. No hay delito alguno en el contenido de esas grabaciones, pero bastó a la Casa Rosada para desviar la atención sobre Spagnuolo y los presuntos negocios sucios.
El funcionario no es uno más: abogado y amigo personal de Milei, registra más ingresos a la Casa Rosada y la residencia oficial del presidente que cualquiera de los ministros de más rango. En los audios, dice que Karina Milei se quedaba con el 3% de las coimas que la droguería Suizo Argentina pagaba para quedarse con los contratos de provisión de medicinas para la Andis. El presidente dijo tras unos días de silencio que denunciaría a su amigo, pero, lugar de eso, avanzó sobre los periodistas que publicaron los audios en su canal de streaming. Además de atacar a los mensajeros, subió la apuesta y se consideró víctima de un complot internacional.
El audio que publicaron hoy fue grabado en la Presidencia de la Cámara de Diputados, otro poder del Estado democrático violado.
— Patricia Bullrich (@PatoBullrich) September 2, 2025
EL ESPIONAJE ILEGAL, guardado cautelosamente hasta la cercanía electoral, nos muestra una operación planificada y concertada en todas sus etapas:…
La reacción tiene claras intenciones electorales El domingo, Milei y su partido, La Libertad Avanza, pretenden derrotar al peronismo en su bastión, la provincia de Buenos Aires, que elige legisladores locales. Es una elección por lo general menor, pero que el presidente ha convertido en una guerra a todo o nada contra el kirchnerismo. Antes del escándalo de los audios, en el entorno de Milei reconocían que el resultado en la provincia estaba “peleado” y preferían concentrarse en las legislativas nacionales, previstas para octubre, en las que se sentían ganadores. El impacto que puedan tener las filtraciones alteró los planes.
Milei cerrará este miércoles la campaña en Moreno, un distrito del extrarradio de la capital a unos 20 kilómetros del centro de la ciudad. Volverá a allí a machacar con la idea de que es víctima de un complot orquestado por el kirchnerismo, al que vincula sin prueba alguna con espías rusos y venezolanos. Al mismo tiempo, ha redoblado sus habituales ataques contra la prensa.
Milei solía repetir que los argentinos no odian “lo suficiente” a los periodistas. Este martes, dijo que estaba claro que existía en Argentina una “red de espionaje ilegal de la que un grupo de periodistas ha sido parte”. “Estos espías que se disfrazan de ´periodistas´ quieren desviar la atención del tema real. No están por encima de la ley. Se creen impunes y no lo son”.
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