La fiscalía acusa a médicos y enfermeros por la muerte de Maradona: “Con crueldad decidieron que muriera”
La querella argumenta en el arranque del juicio en Argentina que hubo desidia ante el evidente deterioro de salud del jugador, fallecido en 2020
A poco más de cuatro años de la muerte de Diego Armando Maradona, ocurrida el 25 de noviembre de 2020, este martes comenzó en Buenos Aires el juicio para desentrañar la responsabilidad de los profesionales de la salud que debían atender al exfutbolista. Cuatro médicos, dos enfermeros y un psicólogo están acusados de homicidio simple por haber descuidado y propiciado el deceso del ídolo argentino, quien cumplía internación domiciliaria tras una cirugía. Con las dos hijas mayores de Maradona y otros familiares presentes en los tribunales de San Isidro, el juicio abrió con los argumentos de la fiscalía, mientras que las defensas pidieron la absolución de los acusados. Se estima que el juicio durará al menos hasta mediados de año.

El momento más impactante de la primera audiencia lo protagonizó una foto que mostraron los fiscales. “Así murió Maradona”, dijeron mientras exhibían una imagen del cadáver severamente edematizado. Los magistrados a cargo de la acusación la usaron para sostener que el equipo médico desatendió los síntomas evidentes de deterioro de su paciente y terminó provocando una muerte que, según la autopsia, fue causada por una insuficiencia cardíaca aguda y un edema agudo de pulmón.
Los acusados afrontan posibles de penas de entre 8 y 25 años de prisión. Los principales imputados son el neurocirujano Leopoldo Luque, médico personal del Diez desde 2019 y quien lo había operado a inicios de noviembre de 2020 por un hematoma subdural, y la psiquiatra Agustina Cosachov, quien trató a Maradona durante sus últimos cinco meses de vida. También están acusados el psicólogo Carlos Díaz, especializado en el tratamiento de adicciones; el enfermero Ricardo Almirón; el médico clínico Pedro Di Spagna, encargado de supervisar la internación de Maradona; la médica Nancy Forlini, responsable de organizar el servicio de enfermería; y Mariano Perroni, coordinador de los enfermeros. Hay otra enfermera procesada, Gisella Madrid, pero será juzgada aparte, en un juicio por jurados.

La internación de Maradona en una casa alquilada en la localidad bonaerense de Tigre, donde debía recuperarse tras la cirugía craneal, “fue calamitosa”, careció del equipamiento necesario y estuvo a en manos de “un grupo de improvisados”, dijo el fiscal Ferrari al presentar los lineamientos de la acusación. En ese momento, aseguró, Maradona “no se encontraba en uso pleno de sus facultades mentales y menos aún podía tomar decisiones sobre su salud”. Los médicos, el psicólogo y los enfermeros “incumplieron todos los deberes a su cargo” pese a conocer los riesgos que corría su paciente, impidieron que Maradona fuera atendido por los especialistas que requería, consignaron revisiones que nunca realizaron y también les ocultaron información a los familiares sobre su real estado de salud, acusó Ferrari. “Deliberadamente y con crueldad decidieron que muriera”, concluyó.
La fiscalía tomó como sustento de la acusación el análisis realizado por una junta médica interdisciplinaria, integrada por 21 expertos. De acuerdo con las conclusiones de ese estudio, Maradona agonizó 12 horas antes de su muerte, mientras el equipo médico actuaba de manera “deficiente”, “temeraria” e “indiferente”.

Después de los fiscales, expusieron los abogados de las partes que se consideran damnificadas —hijas, hijos y hermanos de Maradona—. Todos adhirieron a la acusación del ministerio público y, en algún caso, apuntaron también contra “el entorno diabólico” que rodeaba al exfutbolista en sus últimos años, una referencia dirigida al abogado Matías Morla, enfrentado con la familia del capitán de la selección argentina campeona del mundo en 1986.
Antes del cierre de la primera audiencia del juicio, las defensas solicitaron la absolución de los acusados. Hubo una clara diferencia entre la estrategia de los profesionales que tuvieron contacto directo con Maradona, quienes alegaron el carácter imprevisible de la dolencia cardíaca que terminó con su vida, y la de quienes tuvieron un rol secundario o administrativo, quienes delegaron la responsabilidad en los médicos a cargo de la internación, en especial en Luque y Cosachov.

El expediente judicial cuenta con 52 cuerpos y las múltiples evidencias recabadas incluyen documentos médicos y miles de mensajes de texto y audio entre los involucrados. La lista de testigos citados a declarar suma 192 personas, entre los que se encuentran médicos, periodistas, familiares de Maradona, sus hijos y exparejas. En los tribunales calculan que el juicio se extenderá, como mínimo, hasta julio próximo.
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