Hangares y desaparecidos
Si bien el Comité contra la Desaparición Forzada aún no aclara en qué espacio exacto estarían los 20.000 restos de personas que denunció, las autoridades nacionales que corrieron a desmentir la noticia tampoco actúan para agilizar la búsqueda e identificación de los miles de desaparecidos que hay en cementerios, fosas y ríos del país
La noticia ameritaba el revuelo: el Comité contra la Desaparición Forzada anunció antes los medios que había recibido información de que “se encuentran alrededor de 20.000 cuerpos no identificados en un hangar del aeropuerto de Bogotá”. ¿Un hangar en el aeropuerto de la capital de Colombia, con un número de cuerpos que llenarían un estadio de una ciudad como Pasto?, respondieron varios funcionarios. En un país que suele dar la espalda a los desaparecidos, y se olvida que hay al menos 200.000, la información activó como pocas veces sucede a las instituciones: la Procuraduría, el aeropuerto, la Alcaldía, Medicina Legal, el Gobierno Nacional, todas se movilizaron a la velocidad de la luz para demostrar que no era cierto.
Ha pasado una semana y el Comité no ha aclarado por qué dio una información tan delicada sin mayores pruebas, en medio de un informe en el que alertaba una serie de problemas que tiene la identificación de los desaparecidos en el país. Pareciera que no hay tal hangar con cuerpos, o al menos, no en los 27 que inspeccionó la Procuraduría y que están concesionados a Opaín. Sí los hay, y hay quienes tal vez con el escándalo aprovechen para olvidarlo, en decenas de cementerios, fosas comunes, hornos crematorios, en ríos y lagos por todo el país. Tal vez si esos lugares fueran renombrados hangares habría más acción.
El sistema de Naciones Unidas emitió un comunicado donde se exculpa de responsabilidad en la información diciendo que se trataba de “expertos independientes”. Es cierto, pero son nombrados por la ONU y utilizan no solo sus logos sino sus espacios para presentar los resultados. Por eso, el escándalo se vuelve arma arrojadiza fácil por parte de negacionistas del conflicto armado en Colombia y por quienes, en un contexto de populismo y ultraderecha- critican el trabajo de organismos de derechos humanos.
Como siempre ocurre, después del escándalo llegó el silencio. Ha pasado una semana y ninguna de esas instituciones que corrieron a desmentir el hangar ha informado alguna nueva acción concreta para destrabar el enorme nudo de la desaparición en Colombia. ¿Alguien anunció que se mete la mano al bolsillo y dará más presupuesto para la búsqueda? ¿Ofrecieron más forenses y antropólogos para excavar? ¿Alguno desarrolló las recomendaciones que hizo el Comité? ¿Impulsaron una campaña de toma de muestras, destrabaron la burocracia de la búsqueda en los expedientes y cementerios? ¿Alguien reparó en otra grave denuncia que hizo el Comité sobre desapariciones “que resultan de la falsificación de identidad y apropiación de niños” y está ya activando su búsqueda?”.
La desaparición es una de las cenicientas del acuerdo de paz. Mientras la justicia transicional tiene acompañamiento mediático, la desaparición, la cara más visible del dolor para quien busca, sigue sin resolverse con agilidad. No hay siquiera certeza de las cifras. Para la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas, el “universo”- palabra curiosa en este contexto- es de 124.734 desaparecidos, víctimas relacionadas con el conflicto armado, pero se calcula que el total puede llegar a 200.000. Desde 2018, cuando arrancó esta entidad de carácter humanitario y extrajudicial, han hecho prospecciones en 3.218 lugares, intervinieron (excavaron) 918 de ellos, y gracias a eso recuperaron 2,018 cuerpos e identificaron 191 personas.
Con un proceso muy largo desde que se conoce información de un lugar con posibles desaparecidos, hasta su búsqueda, recuperación e identificación, el Comité debió ser más preciso en la información. Habrá que ver si el documento se presentará con más detalle en el pleno del Comité durante su 28° Periodo de Sesiones, que tendrá lugar en Ginebra el 17 de marzo de 2025. Y aunque en su web aseguran que son “hallazgos preliminares, no exhaustivos”, Colombia sí necesita precisión para tomarse en serio los muchos otros “hangares” que existen por todo el país.
*La Unidad de Búsqueda de personas Dadas por Desaparecidas tiene una herramienta de búsqueda inversa, una serie de perfiles y fotografías de personas desaparecidas que buscan a sus familiares. Se puede consultar acá.
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