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Caruana vuelve a fallar en el Torneo de Candidatos donde los campeones aciertan

Niepómniashi se salva otra vez de la derrota tras cuatro horas sufriendo, y lidera con un punto más a falta de cinco rondas

Fabiano Caruana, durante su partida contra Niepómniashi este lunes, en el Palacio de Santoña de Madrid
Fabiano Caruana, durante su partida contra Niepómniashi este lunes, en el Palacio de Santoña de MadridPhoto Chess
Leontxo García

Fabiano Caruana empató con Magnus Carlsen las doce partidas lentas del Mundial de Londres 2018 (y luego perdió el desempate rápido). Es fortísimo, muy estable, y sus conocimientos técnicos son enciclopédicos. Pero carece de una virtud que distingue a los grandes campeones: son despiadados, letalmente precisos. El estadounidense no lo fue, de nuevo, contra el líder del Torneo de Candidatos, el ruso Ian Niepómniashi, quien arrancó un empate muy valioso y domina con un punto más que Caruana a falta de cinco rondas. La 10ª se jugará este miércoles en el Palacio de Santoña de Madrid.

Los dos invitados para el saque de honor de este lunes definieron bien la jornada, que era especial. A Vicente Jiménez, director del diario As, le llamó la atención el control de metales que pasan los ocho participantes antes de sentarse (en busca de dispositivos electrónicos que les permitan hacer trampas) y sintió “la alta tensión ambiental”. Para Gonzalo Sánchez Moya, de 18 años, invitado por la fundación Pequeño Deseo, era un “gran día”, tras sobrevivir a un cáncer metastásico que le atacó a los 17. El ajedrez ha aportado mucho a su vida: “Evitó que me volviera loco en los peores momentos”.

Ciertamente, era un gran día y de enorme tensión, sobre todo en el duelo estelar, que tuvo los tres elementos que hacen del ajedrez mucho más que un juego. Primero hubo una pelea científica, que ganó Caruana: logró aplicar una idea muy preparada en su laboratorio; y Niepómniashi -según reveló luego a EL PAÍS- no logró acordarse de sus análisis de esa variante, a pesar de que los había repasado solo tres días antes. Luego brotaron destellos de arte, de bellos lances, tanto en los que se hicieron como en las variantes posibles. Para entonces, Caruana tenía una ventaja indudable; la única duda era si sería suficiente para ganar.

Y entonces llegó ese momento clave del deporte de alta competición, en el que alguien destinado a ser campeón debe convertirse en una máquina asesina, implacable, como solían ser los reyes más legendarios del último medio siglo: Fischer, Kárpov, Kaspárov… y ahora lo es Carlsen. Capaces de calcular exactamente los próximos cinco o seis movimientos, y de mantener la sangre fría por muy crucial que sea la partida y por mucho que apriete el reloj.

Es verdad que el cronómetro presionaba un poco a Caruana: 40 minutos disponibles para 17 jugadas (el primer control se pasa en la 40). Pero eso no parece una justificación suficiente para explicar su doble omisión: cometió un fallo grave en el cálculo del movimiento que eligió y apenas consideró otro, bastante más sofisticado, que al menos hubiera situado al ruso contra las cuerdas, como el propio Niepómniashi admitió después, aunque se mostró optimista en cuanto a sus recursos defensivos.

Niepómniashi, durante la partida de la 9ª ronda frente a Caruana
Niepómniashi, durante la partida de la 9ª ronda frente a CaruanaPhoto Chess

En el minuto y medio que Niepómniashi habló con este periódico tras pasar el control antidopaje, admitió que estaba muy cansado y dio la sensación de haber superado un momento muy tenso y delicado. Dos de sus analistas, Luca Barillaro y Nikita Vitiugov, confesaron que ellos también habían sufrido mucho. De la actitud de los tres se deduce algo implícito: son muy conscientes de que el gran punto débil del actual subcampeón del mundo es que se hunde tras las derrotas, como le ocurrió en el Mundial de Dubái ante Carlsen el pasado diciembre.

Es decir, Niepómniashi se recupera peor que sus rivales tras un cero (por cierto, Ding, Firouzja y Radyábov lograron este lunes su primera victoria, ante Duda, Rapport y Nakamura, respectivamente). Y todavía quedan cinco rondas por sufrir, tras el descanso del martes. Pero Barillaro estuvo acertado sin duda cuando resumió: “¡Lo que hemos logrado hoy es un superempate!”.

Clasificación (tras la 9ª ronda): 1º Niepómniashi 6,5 puntos; 2º Caruana 5,5; 3º-4º Nakamura y Ding 4,5; 4º-5º Rapport y Ding 4; 6º-7º Firouzja y Radyábov 4; 8º Duda 3.

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Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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