_
_
_
_

“El ‘big data’ cambiará nuestras vidas, no nuestros principios”

Giovanni Buttarelli, nuevo supervisor europeo de Protección de Datos, cree que el "buen uso" de la información beneficiará a la sociedad "a escala global"

Giovanni Buttarelli, experto europeo en protección de datos.
Giovanni Buttarelli, experto europeo en protección de datos.

Cuestión de confianza. Así lo ve Giovanni Buttarelli (Frascati, Italia, 1957), desde ayer designado nuevo supervisor europeo de Protección de Datos a falta de la votación en el Parlamento que culminará su nombramiento en noviembre. Ante el creciente flujo de información a nivel mundial y el nuevo paradigma de su gestión del big data (enormes bases de datos), Buttarelli pide a la sociedad no solo europea, sino mundial, "confianza". "El big data cambiará nuestras vidas, pero no debe cambiar nuestros principios. Mi mensaje es que el buen uso de la protección de datos puede beneficiar la prosperidad de nuestra sociedad en una escala global". 

"Transparencia", "precisión", "sabiduría", "flexibilidad" han sido otras palabras clave del encuentro de Buttarelli con los alumnos de la Universidad CEU San Pablo de Madrid durante su ponencia impartida en el marco del seminario permanente de la Cátedra Google sobre Privacidad, Sociedad e Innovación. Ya en la entrevista,  Buttarelli vuelve una y otra vez sobre estos puntos, que articularán el nuevo marco legal que prepara la UE para la protección de datos.

Exigiremos que el marco legal europeo sea cumplido por cualquier empresa extranjera

Este experto busca transmitir que las oportunidades económicas del big data, al que la Unión Europea ha destinado 2.500 millones de euros hace una semana, pesan lo suficiente en la balanza como para asumir los riesgos que conlleva el tráfico de información sensible en Internet, aunque reconoce el peligro que existe si no se gestiona bien este flujo: "Si no blindamos la seguridad de los archivos personales por todo el mundo, los datos tienen el potencial de convertirse en una bomba nuclear en malas manos”.

Buttarelli sabe que España es un territorio especialmente sensible. El pasado 13 de mayo, la UE dictaminó que Google debería borrar de su buscador los datos irrelevantes y sin interés público de los ciudadanos que lo soliciten. La sentencia partió del abogado Mario Costeja, que llevó al Tribunal Europeo el derecho al olvido en la Red. Pero la gestión de este deber quedó en manos de Google, alimentando la polémica. Buttarelli quiere matizar la importancia de esta sentencia y del tan traído y llevado derecho al olvido: "Ni es nuevo, ni es un derecho absoluto. Ya existe en el derecho común de la mayoría de los países miembros. No creo que disposiciones específicas para el nuevo marco legal europeo sea la mejor vía". Lo que sí considera útil este especialista es las conversaciones con todos los buscadores, grandes y pequeños, para ir encontrando "reglas generales" que desde su organismo se puedan sugerir para lidiar con este problema, al que le augura un debate de "muchos años".

Los datos tienen el potencial de convertirse en una bomba nuclear en malas manos

Tantos no debería tardar en calentar motores el nuevo marco legal europeo para protección de datos. Buttarelli indica que debería entrar en vigor, "como muy tarde", en primavera de 2016, aunque luego sobrevendrá un periodo de transición para su implementación. La clave de la reforma será la flexibilidad: "Por ejemplo, si habláramos de una aplicación para controlar un virus o para mejorar la gestión sanitaria, animaría a que este marco sea más flexible”. Este experto cree que la aplicación de la sabiduría, del sentido común en cada caso, debe de ser la clave para cimentar una nueva manera de gestionar la información que no se ocupe de "los detalles irrelavantes" sino que intente aspirar a una visión más global. Eso sí, las razones expuestas por Google durante el caso Costeja, que su empresa solo está sometida al marco legal de los Estados Unidos, se acabarán: "De los 20 actores principales del big data, solo dos están en Europa. Por lo que exigiremos que el marco legal que planteamos sea también cumplido por cualquier empresa extranjera que opere en la Unión".

Pero entre lo teórico y lo práctico siempre median abismos: "El problema no está en los principios que nos guían, sino en cómo lo llevamos a la práctica. Y no es una cuestión solo de instituciones o reformas, sino de todos. De los políticos y de los jueces también”. Y se suma otro problema. La naturaleza "impredecible" del paradigma tecnológico, algo que "ni los propios desarrolladores" controlan. Pero resulta evidente que el flujo de información a escala mundial asumirá un rol central para el que, en opinión de este experto, hasta el hardware y el software actual se quedarán pronto obsoletos. Buttarelli lo resume en una anécdota cruel que refleja la desigualdad actual: "En algunos lugares del mundo, donde hay crisis o un sistema totalitario, un cuerpo humano tiene un valor de cuatro dólares. La identidad digital en un país democrático vale muchos euros. Porque lo importante no eres tú como individuo sino tu interacción con la sociedad".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_