_
_
_
_
CÓMO SE TRANSFORMA AL MUNDO/ 3

El diseño, clave para innovar

Cuando forma y función deben ir de la mano para conseguir el éxito

Yossi Vardi, promotor tecnológico.
Yossi Vardi, promotor tecnológico.Nadine Rupp (Getty Images)

La innovación tecnológica requiere siempre de ingenieros, emprendedores y financieros atraídos por los riesgos y las oportunidades que conllevan las aventuras. Cada uno crea su propia receta. No existe una única que sirva para todo. Lo que cuenta es la mezcla, la combinación entre esos distintos elementos, una fórmula que se irá enriqueciendo, haciéndose potencialmente más perturbadora, si se agrega una generosa dosis de diseño.

Silvio Meira es quien mejor ayuda a comprender su importancia en la innovación de los países emergentes. Profesor de Ciencias de la Computación en Recife, capital del noreste brasileño, está convencido de que las empresas de Silicon Valley yerran al creer que pueden mantener su dominio mandando a fabricar sus aparatos fuera de sus fronteras mientras se dedican a diseño, como si fueran Apple.

De hecho, el investigador estima que: "el diseño es brainware y los cerebros brasileños son tan buenos como otros". Usa brainware, como una forma de referirse al diseño bien pensado, a un valor a la hora de crear, en el mismo sentido en el que se referiría a software o hardware, para designar un producto propio de la mente, del cerebro.

Para un país como Brasil es importante. Se trata de un ejercicio que puede surgir de manera relativamente rápida en el mundo entero, a diferencia de los sofisticados algoritmos todavía fuera del alcance de su país y que costará años de educación de calidad y de formación de ingenieros de alto nivel. Por este motivo Meira aboga por el diseño y a puesta por hacer del Porto Digital de Recife (tercer polo tecnológico de Brasil, detrás de Sao Paulo y de Río de Janeiro) un centro para las "industrias creativas". Él mismo acaba de lanzar Ikewai.com una empresa dedicada al diseño de negocios.

En India muchos tienen la sensación de que no se valora lo suficiente. "En el pasado era posible vender cualquier producto aunque estuviera pobremente diseñado, siempre y cuando fuera funcional", expone Kashan Kumar, presidente de The Indus Entrepreneurs (TIE), una asociación fundada en Silicon Valley para fomentar el empresariado indio en el mundo. TIE está financiado con el dinero y la experiencia de aquellos compatriotas que han tenido éxito. "A ojos de la clase media el diseño podría ser deseable pero no imprescindible porque puede vivirse sin él. Y encima cuesta más. El arte tradicionalmente se considera cosa ricos."

"Contamos con cientos de universidades que forman ingenieros y muy pocas para diseñadores" -prosigue Kumar- "Las bellas artes son consideradas como una afición no como una profesión".

En Israel, Yossi Vardi, reconoce que "se trata de un elemento importante" del proceso de innovación. "Hoy en día Internet y los móviles se han vuelto obras de arte, una nueva forma de arte", asegura. "La tecnología es un soporte, una capa -como si fuera un lienzo, arcilla, papel o piedra- a través de la cual el talento y el arte se expresan. Sin ese atributo es imposible atraer a los usuarios."

La empresa que más ha bregado para que entendamos y aceptemos la trascendencia del diseño es Apple, por supuesto. Para empezar, demostró que no solo importa tener una máquina que sirva -ya sea un ordenador o un teléfono inteligente-, y, para continuar, que la estética y la facilidad de uso juegan un rol relevante en la decisión de compra. La innovación en el terreno de las TIC se entiende mejor, pues, como el fruto de una tensión creativa entre ingenieros y diseñadores.

Vardi recuerda las disputas en Silicon Valley, cuando la informática que hoy se conoce popularmente daba sus primeros balbuceos, entre los partidarios de la inteligencia artificial reagrupados alrededor del Laboratorio de Inteligencia Artificial de Stanford (SAIL) y los que respaldaban, en vez del reemplazo por las máquinas, "la expansión" del espíritu humano mediante el ordenador y, por qué no, el LSD. Sus líderes eran Stewart Brand (creador del Whole Earth Catalog, la biblia de los hippies) y Doug Engelbart, inventor del ratón y primer promotor de la interfaz gráfica y de los enlaces hipertextuales. La revista Time publicó un artículo en 1995 que, bajo el título "Todo esto se lo debemos a la hippies", retomaba esta tensión fundamental para entender la historia de las tecnologías de la información.

No fue casualidad que Steve Jobs perteneciera a ese segundo grupo pero las cosas han cambiado desde entonces y los diseñadores de hoy poco tienen que ver con los hippies de los años sesenta del siglo pasado.

El diseño ha dejado de ser asunto exclusivo de los artista para convertirse en un método para abordar los problemas de la manera más creativa posible.

Según Tim Brown, presidente de IDEO.com, las tres etapas principales (algunos proponen siete), descritas en su libro Change by Design, consisten en "aprender de la vida, de los demás" y luego observar, "mirar lo que la gente no hace y escuchar lo que no dice". La idea se centra en que los focus groups no sirve de nada. Hace falta investigar las necesidades de la gente, empezando por las que no formulan. Y luego hay que mostrar empatía, "dejar de analizarlos como ratas de laboratorio" y "meterse en sus zapatos" para entenderlos mejor.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_