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Zombis, parodias y relicarios

Rajoy y Zapatero investigan la corrupción municipal en Nochevieja a través de José Mota Isabel Pantoja dona el Cristo de Paquirri a su hijo Kiko

El País
Anne Igartiburu y José Mota, en La 1.
Anne Igartiburu y José Mota, en La 1.

Karaoke en Antena 3 para que los espectadores pudieeran cantar desde sus hogares; terror de zombis en La Sexta y escalofríos en Telecinco, sobretodo cuando Isabel Pantoja entregó a su hijo Kiko el Cristo Crucificado que portaba su padre, Paquirri, el día de la embestida mortal en Pozoblanco (Córdoba). La 1 apostó sobre seguro: el impatible Mota parodió todo lo parodiable y Cuatro, sin uvas y escasos recursos, se dedicó a entrevistar famosos.

La 1 | El trabajo del doble

Vale la pena esperar las uvas viendo a José Mota porque puede producirse un hallazgo inolvidable que forme parte de la antología del mejor humor español. Lo logró. Su recreación de la película El discurso del rey, traspuesta a la realidad española, con don Juan Carlos como friki incapaz de resistirse a hacer karaoke de los famosos, debe formar parte de lo mejor de los hallazgos de fin de año, desde Tip y Coll hasta Martes y Trece pasando por Cruz y Raya, de donde viene Mota. Podían haberse ahorrado las uvas. Con ese sketch hubiera bastado para que la noche más larga pasara a las antologías. No paró ahí Mota. Travestido de Zapatero y de Rajoy, rebuscó en lo peor de este país y convirtió su parodia de Seven en un discurso sobre el método que ha seguido España para parecerse a un garito. / JUAN CRUZ

La Sexta | Los muertos no se tocan

La Sexta tiene o ha tenido excelentes humoristas: Buenafuente, Évole, Eva Hache, Wyoming… Con haber puesto uno tras otro los hallazgos sucesivos de estos excelentes caricatos hubiéramos tenido una desternillante nochevieja. Pero la cadena quiso rentabilizar su éxito, Los muertos que caminan, y dio una sesión estomagante de muertos vivientes a la hora de cenar: personajes que se movían con la torpeza de los muertos y con la sosería de los vivos. Esperaba más del ingenio de La Sexta. / J. C.

Antena 3 | Anticipación

Carolina Cerezuela y Carlos Sobera, en Antena 3.
Carolina Cerezuela y Carlos Sobera, en Antena 3.

A Antena 3 se le ocurrió utilizar su canal Neox para celebrar la Nochevieja un día antes. Estuvo bien la idea de anticiparse, incluso a los australianos, y tomarse a la ligera el almanaque. Anunciaron un programa cafre que, al final, no lo fue. Y como invitada de honor... Marisa Naranjo, que en 1989, cuando retransmitía las campanadas para TVE, las confundió con los cuartos y dejó a los televidentes sin poder practicar esa tradicional, inncesaria, sincronía entre zamparse las doce frutas y el minutero. Naranjo aceptó la broma. Esta vez narró las campanadas de la vigilia sin problemas. Días antes había explicado en La ventana de la SER que, aquel año, TVE se había quedado sin balcón en la Puerta del Sol y tuvo que locutar las fatídicas campanadas desde una habitación sin vistas y con un monitor estropeado. El viernes, al final, aconsejó no tener miedo al error. Cualquier momento es bueno para reinventarse, dijo. El día de autos, los encargados en Antena 3 de recibir el año fueron Carolina Cerezuela y Carlos Sobera, experto en estos menesteres ya que hizo lo propio en TVE en 2008. Fue una retransmisión al uso con la esperanza, dijeron, de que al ser bisiesto, 2012 traiga alguna buena noticia que, por el momento, no se contempla. En la Puerta del Sol, territorio histórico de los indignados, alguna pancarta homenajeaba al movimiento del 15-M. La celebración había empezado con una antología de instantes simpáticos del año en la cadena y terminó con una gala sin presentador y con subtítulos para la práctica del karaoke. Muy austero, signo de los tiempos. / TOMÁS DELCLÓS

Cuatro | Callejeando

Cuatro, la otra emisora de Mesiaset, no planteó batalla. Lo principal fue un repaso a lo que ha sido el concurso de habilidad Uno para ganar y un especial Callejeros en el que varios famosos contaban cómo iban a pasar la noche. Aquí hubo otro ejemplo de acomodo personal a los dictados del reloj. Antonio Banderas contó que celebraría la Nochevieja en Aspen, esquiando, y que se comería las uvas en familia a las cuatro de la tarde porque a esa hora allí es la medianoche en España. Las vería, dijo, por TVE Internacional. / T. D.

Jorge Javier Vázquez, Isabel Pantoja y Kiko Rivera dieron las campanadas en Telecinco.
Jorge Javier Vázquez, Isabel Pantoja y Kiko Rivera dieron las campanadas en Telecinco.

Telecinco | La mamakiko

“Mamá, tu sabes que eres lo más grande que hay en el mundo. Hijo, tu sabes que yo te quiero como a nada en este mundo. Y yo también, mamá, y yo también, hijo, y también yo...”. Si no llega ser por Jorge Javier Vázquez, que también la quiere mucho (al parecer desde hace un rato), aún seguiríamos allí, absortos, boquiabiertos, incapaces de lanzar las uvas, como dardos, contra la bobería sacramental de Isabel Pantoja y su hijo Kiko. Pendientes aún de las campanadas, y tras haber confesado que no está abierta al amor, Pantoja, toda desgarrada, le regala a su hijo la cadena que llevaba su padre Paquirri el día de su muerte. Kiko toma en sus manos el relicario y agradece compungido la donación, porque él sabe lo que ese Cristo significa para ella, y ella para él y él para ella... cuando Jorgejá corta el esperpento: “Ahora Kiko solo falta que vuelvas con Jessica”. A lo que Kiko contesta: “Me lo voy a pensar”.

Tras una lucha de anuncios de comida basura, regresó la mamakiko, balbuceando: “La venganza es un plato que se toma frío”. ¿De quién se tenía que vengar la tonadillera? ¿De los jueces que la van a sentar en el banquillo este verano? No, la Pantoja se estaba vengando del telespectador. Y se arrancó con un dúo de A mi manera, que elevó a Vázquez a la categoría de Frank Sinatra con pelo mientras su Kiko permanecía mudo, sin resolvernos la incógnita de si vuelve con Jessica o no.

Con tal panpantojismo, que más daba lo que pudieran hacer los correctos teloneros Joaquín Prat y Paz Padilla presentando a los artistas de la noche, cuyos nombres, sinceramente, es imposible recordar, Telecinco convirtió la gala de Nochevieja en una pantomima, ¡qué digo!, en una Pantovieja. / JAVIER MARTÍN

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