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Sánchez admite que la investidura va a ser “compleja y difícil”

El PNV condiciona su apoyo al PSOE a que su programa “no colisione con la agenda vasca" El socialista convocará a Rajoy, ERC y DiL para decirles porqué no quiere contar con ellos

Pedro Sánchez durante antes de comenzar la reunión que ha mantenido con el presidente del PNV, Andoni Ortuzar.Foto: reuters_live | Vídeo: Sergio Barrenechea

En cuatro días Pedro Sánchez ha culminado los encuentros con las fuerzas políticas con las que pretende tejer una mayoría parlamentaria para sacar adelante su investidura. “El diálogo ha sido positivo y es verdad que la situación es compleja, difícil porque hay que poner a muchas partes de acuerdo pero hay mimbres, dentro de la complejidad, para construir una alternativa progresista”·, ha señalado Sánchez.

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El broche al primer contacto personal lo ha puesto con el PNV, representado por su presidente, Andoni Ortuzar y el portavoz parlamentario en el Congreso, Aitor Esteban. Los seis parlamentarios peneuvistas son de la máxima relevancia para Sánchez para complementar una posible mayoría; ya sea con su voto a favor o, al menos, que no sea contrario. El máximo dirigente del PNV hizo gala de un gran pragmatismo al asegurar que no ponía condiciones insuperables, ni vetos, ni líneas rojas aunque un apoyo a Sánchez vendrá dado porque los acuerdos a los que llegue el PSOE con otras fuerzas “no colisionen con la agenda vasca”. Y añadió: “No vamos a poner condiciones imposibles”.

Durante casi hora y media el líder del PSOE, Pedro Sánchez conversó a solas en el Congreso de los Diputados, como con el resto de los interlocutores que ha tenido los últimos cuatro días, con Andoni Ortuzar y Aitor Esteban. Los peneuvistas están ya integrados en el bloque de interlocutores para negociar la próxima semana sobre políticos concretas. “Nos interesa el qué y el para qué; nos interesan los papeles”, señaló Ortuzar. El presidente del PNV ha recordado que su partido “es tan nacionalista ahora como lo era cuando negoció y apoyó la investidura de José María Aznar en 1996”, aseguró. La agenda vasca condicionará el apoyo a un Gobierno del PSOE aunque sin dogmatismos. Esa agenda, que ha empezado a desarrollarse en el País Vasco, incluye “un nuevo estatus jurídico-político para Euskadi”, que empieza ahora a ser abordado por los partidos vascos.

“El lunes empieza lo importante”. Esta fue la sentencia de ayer de Pedro Sánchez después de culminar sus encuentros con distintas fuerzas políticas que recibirán mañana el documento con las propuestas en distintas áreas socioeconómicas, de libertades y de reforma constitucional, sobre las que empezar a negociar. En esa fase empezará “el para qué”, que debe ser lo relevante, y no “el quién”. Esa es la visión del candidato socialista a la presidencia del Gobierno.

No es esta la visión de Podemos, que no se sentará a negociar con el PSOE si no es el único interlocutor, junto a Izquierda Unida. La presencia de Ciudadanos excluye del todo la del partido de Pablo Iglesias. Tampoco Ciudadanos quiere que el PSOE cuente con Podemos, pero sí le pide que haga partícipe al PP, a lo que Pedro Sánchez se niega. Es más, el reclamo fundamental del encargado por el Rey de formar una mayoría parlamentaria se nutre del supuesto interés común “de las fuerzas del cambio” de que el PP no gobierne. Un día después de que Sánchez e Iglesias se reunieran y concluyeran en su alto grado de desacuerdo por la actitud “excluyente” del líder de Podemos, el político socialista insistió ayer en pedirle que reconsidere su posición: “Le pido a Pablo Iglesias que deje a un lado los vetos porque los votantes de Podemos no quieren cuatro años más del PP al frente de las instituciones”. A esos votantes se dirige Sánchez al dar por supuesto que no quieren al PP en el Gobierno y sí quieren escuchar propuestas sobre “empleo, desigualdad y recuperación de derechos”.

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En medio de una tensión creciente e indisimulada, casi personal, entre Mariano Rajoy, presidente del Gobierno en funciones, y Pedro Sánchez, este último quiere convocarle la próxima semana para exponerle cara a cara su intención de tratar de llevar al PSOE al Gobierno. Esta convocatoria no tiene otra intención, ya que al PP no le enviará el documento de negociación, como tampoco lo recibirán ERC y Democràcia i Llibertat (DiL), a los que también citará. Les quiere transmitir que no les pide su apoyo y, además, que rechaza de plano todas las medidas que ponen en marcha para “la desconexión” de Cataluña del resto de España.

Hablar sí, pero no acordar. Esta es la posición de Sánchez respecto a estos partidos que abogan por la independencia y respecto a los que en el PSOE existe un intenso resquemor. No querrían que por su abstención el candidato socialista llegara a ser presidente del Gobierno. “No quiero ser presidente con el apoyo de los independentistas”, repite Sánchez. La pregunta que siempre queda en el aire es cómo se puede impedir que los diputados de ERC y DiL hagan uso de su libertad y apoyen, directa o indirectamente, a Sánchez aunque este no se lo pida.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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