La cuerda se rompió por el filósofo
En la tensión entre el profesor y el político ha vencido el alma del primero, explicaban personas cercanas a Juan Carlos Monedero
La compatibilidad práctica de los intelectuales con la política es objeto de estudio de toda la filosofía, aunque quizá haya sido el sociólogo alemán Max Weber quien con más ahínco se haya ocupado del asunto. Pablo Iglesias, Íñigo Errejón, Carolina Bescansa y Juan Carlos Monedero, entre otros, dirigentes de Podemos, han dedicado muchas horas al estudio de Weber, y creyeron que, a diferencia del profesor germano, el tránsito de la filosofía a la política no solo era posible, sino que toda su energía iba a dedicarse a demostrarlo.
En la tensión entre el profesor y el político ha vencido el alma del primero, explicaban este jueves personas cercanas a Monedero poco antes de que este anunciara la dimisión de todos sus cargos. Tras la misma, otros interlocutores avalaron la tesis anterior pero añadieron otras razones mucho más pegadas a la tierra, como son la rivalidad personal y el forcejeo por ocupar parcelas de poder.
En el terreno teórico, mientras que los dirigentes de Podemos estaban ocupados con las asambleas, la formación de círculos, los actos a campo abierto o en la Red, todos han ido en la misma dirección. Iglesias defendió a Monedero cuando saltaron a la luz sus tareas de asesoramiento académico y profesional al Gobierno de Venezuela con altas remuneraciones. En ese episodio no hubo problemas.
Las fricciones y las contradicciones saltaron cuando los profesores se han visto impelidos a optar, a opinar, a decantarse sobre materias que afectan a la sociedad a la que quieren representar. Y aquí ya no valía el blanco y el negro, los de arriba y los de abajo, los corruptos y los decentes.... La realidad que afecta a las personas de carne y hueso tiene muchos más matices sobre los que hay que pronunciarse.
Por ejemplo, qué hacer sobre la investidura de la socialista Susana Díaz para la presidencia del Gobierno de Andalucía. “Probablemente Juan Carlos querría que se hiciera un referéndum para que los ciudadanos decidieran”, aventura un miembro de la dirección de Podemos, que constata la incomodidad del ya dimitido número tres de la organización ante cierta tendencia de la actual dirección hacia posiciones convencionales, alejadas del espíritu del 15-M. La reunión de algunos de sus compañeros, como Carolina Bescansa, con directivos del Bank of America, incomodó notablemente al profesor de Políticas. A medida que pasan las semanas, la tendencia electoral de Podemos detiene su crecimiento, para ir suavamente hacia abajo y, en paralelo, y quizá por ello, las proclamas socialdemócratas de sus dirigentes se refuerzan.
Quienes comprenden la incomodidad de Monedero resaltan que Podemos no puede convertirse en una mera maquinaria electoral, sino que sin abandonar el carácter reformista de su proyecto, debe mantener su carácter diferenciado de los partidos tradicionales. No tiene en cuenta Monedero que Ciudadanos irrumpe con fuerza con un discurso de apariencia igualmente reformista, que Izquierda Unida se resiste a desaparecer y que el PSOE va a darle la batalla rincón a rincón. La revolución ha devorado a uno de sus hijos, como siempre ha ocurrido, concluye uno de los profesores de Podemos.
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