Los del 78 luchan por sobrevivir

Quieren acabar con ellos; quieren sustituirlos o, al menos, reducirlos tanto como puedan. De esta intención no tienen la menor duda los grupos políticos que este miércoles protagonizaron el último debate del estado de la nación de esta legislatura. Esto es lo que quieren Podemos y Ciudadanos, así como las plataformas que brotan por la izquierda en toda España. Los moradores del Parlamento desde 1978 no se resignan a que las encuestas tengan razón y quieren plantar batalla, aunque de momento no haya adversario visible. Podemos y Ciudadanos pretenden hacerse con el espectro político del centro-izquierda y del centro-derecha dejando a los partidos actuales en la indigencia representativa.

Mariano Rajoy y Pedro Sánchez marcaron sus respectivas campañas electorales. El primero para anunciar que empieza la recuperación y lo mejor está por venir

Los dos grandes, PP y PSOE, actuaron como lo vienen haciendo desde hace más de 15 años; como primera y segunda fuerza política con gran hegemonía a enorme distancia de los demás. No hubo trapicheo ni defensa común. Uno contra el otro, sin piedad. El resto fue a por ellos, a por el bipartidismo, revolviéndose ante los empellones de los partidos de Pablo Iglesias y Albert Rivera que quieren meterlos en el saco con los de Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. Ni un paso atrás han dado en este debate UPyD, Izquierda Plural, y los partidos del Grupo Mixto, compuestos por ERC, BNG, Geroa Bai y Compromís-Equo. Ninguno de ellos dejó de exponer con la máxima crudeza, aunque quizá en eso sobresalió UPyD. Y destacable fue también que el presidente no respondiera siquiera a Ana Oramas de Coalición Canaria-Nueva Canaria.

¿Qué puede denunciar o proponer Podemos o Ciudadanos distinto de lo que denuncian y proponen desde hace más de tres años los ya citados? A esta pregunta los aludidos responden que no hay resquicio para mayor crítica y más trabajo alternativo.

Aparte del esquema tradicional de partidos quedan CiU y PNV aunque también en esas comunidades autónomas, y en Navarra, Podemos va escalando peldaños y Ciudadanos no ahorrará esfuerzos para tener presencia en ellas. CiU y PNV se han comportado en este debate como en otros tantos cuando sin mayoría absoluta los Gobiernos de turno, PP y PSOE, prescindían de su colaboración. El discurso de Aitor Esteban, portavoz peneuvista, fue de una dureza inusitada aunque con mesura en las formas.

Pedro Sánchez quiso marcar un tiempo nuevo con un liderazgo, el suyo, muy diferente del actual presidente

El balance de legislatura, que es lo que ha supuesto este debate de la nación, deja un regusto amargo en los nacionalistas catalanes y vascos, artífices en muchos momentos de la estabilidad política española pero que con este Gobierno se sienten desplazados. Además, la falta de respuesta de Rajoy a sus demandas, como recordó Josep Andoni Duran i Lleida, va a suponer, según las previsiones nacionalistas, que un día Cataluña proclamará su independencia y el presidente responderá con los tribunales. No se pueden quejar, sin embargo, estos dos grupos nacionalistas de que Rajoy les dispensara mal trato de palabra. En esto la tradición continúa y el presidente mantuvo formas muy correctas. No ocurrió así con el resto de los grupos en los que hubo momentos de displicencia cuando no de desprecio.

Si los partidos mayoritarios luchan por su supervivencia en el Parlamento lo mismo hicieron por la hegemonía de la representación política de España. Mariano Rajoy y Pedro Sánchez marcaron sus respectivas campañas electorales. El primero para anunciar que empieza la recuperación aunque lo mejor está por venir. Pedro Sánchez quiso marcar un tiempo nuevo con un liderazgo, el suyo, muy diferente del actual presidente del Gobierno, tanto por los presuntos casos de corrupción como por la forma de encarar la crisis. La primera prueba de si los actuales partidos parlamentarios tienen razones para temer por su supervivencia la pasarán el 24 de mayo en las elecciones municipales y autonómicas, con parada previa el 22 de marzo, en Andalucía.