Gobierno y CiU se lanzan mensajes para forzar un diálogo tras el 25M

El jueves a las 9 de la mañana estaba a punto de iniciarse la última sesión del debate sobre el estado de la nación, la de votaciones de las resoluciones, y no se había pactado aún prácticamente ninguna. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, ya en el hemiciclo, se dirigió al diputado de CiU Josep Sánchez Llibre para instarle a llegar a acuerdos sobre alguna de ellas. La número dos del Gobierno habló también con Josep Antoni Duran Lleida para cerrar el acuerdo sobre cuatro mociones, centradas casi todas en economía y, por supuesto sin nada que ver con Cataluña y el desafío soberanista.

En esas conversaciones y en otras cruzadas de los últimos días se produjeron multitud de peticiones de diálogo por parte de los nacionalistas catalanes. Los propios Duran y Sánchez repitieron las llamadas al diálogo desde la tribuna en sus intervenciones durante el debate. Pero no obtuvieron respuesta o, al menos, no la que desearían.

Ya unos días antes, un destacado diputado nacionalista se cruzó tras el pleno con Rajoy a la salida del hemiciclo y, aprovechando su buena relación personal, le pidió que hablaran sobre la situación de Cataluña. La respuesta en ese caso fue remitirse a los días posteriores al debate sobre el estado de la nación con una expresión similar a esta: “Me ocuparé entonces”. Pero tanto fuentes de CiU como del PSOE consideran que el presidente del Gobierno no tiene ninguna prisa y menos hasta que no se celebren las elecciones europeas del 25 de mayo.

El presidente del Gobierno ya dejó claro durante todo el debate que no se sentaría a hablar mientras siga sobre la mesa la convocatoria de la consulta que considera ilegal y tampoco ve oportuno ni conveniente abrir una negociación sobre una reforma constitucional. El primer hito temporal que podría desbloquear la situación sería el debate y votación a finales de marzo en el Congreso de la proposición de ley de CiU, ERC e ICV para traspasar a Cataluña la competencia para convocar consultas. El 86% de la Cámara (PP, UPyD y PSOE) rechazará la iniciativa y, teóricamente, se volvería casi a la casilla de salida.

Un dirigente del PP asegura que ese podría ser el momento en el que Rajoy, con la fuerza de la derrota parlamentaria del plan que encabeza Artur Mas, podría intentar aprovechar esa posición de debilidad del soberanismo para sentarse a buscar una salida. Pero esta fuente hace la salvedad de que la forma en la que actúa el presidente del Gobierno, sin dar cuenta a nadie de sus pasos y menos de sus intenciones hace imposible el pronóstico. Recuerdan también que esa forma de actuar queda reflejada en el hecho de que sus últimos encuentros con Artur Mas y con Íñigo Urkullu no han sido anunciados previamente, ni se ha dado cuenta oficialmente de los detalles. Hasta en decisiones internas como la de designación del candidato a las europeas juguetea con los tiempos y las expectativas.

Por cierto, que las esperanzas de los nacionalistas catalanes a su necesidad de encontrar una salida al empate infinito con diálogo se vieron engordadas ligeramente al escuchar las insinuaciones muy matizadas de Rajoy sobre un posible contacto reservado con Urkullu o, al menos, por el hecho de que evitara la crítica abierta a la posición del lehendakari en el episodio de los verificadores del supuesto desarme de ETA.

Duran alimenta también esa necesidad de diálogo en su post semanal en el que pide “dar salida al conflicto”. Según él, Rajoy “abrió la puerta a la reforma de la Constitución”. Y añade: “No sé si está es una puerta viable o no y si el hecho de dejarla abierta es pura retórica o estrategia intencionada. Pero será necesario explorarlo todo”. Su tesis es la de buscar la salida en una reforma constitucional, tal y como defiende Alfredo Pérez Rubalcaba.

Los socialistas aseguran estar dispuestos a ese diálogo y también al referido al final de ETA, pero constatan la ausencia de acuerdos en el debate, incluso en lo esencial como esos dos asuntos y hasta la falta de intentos del PP por encontrar consensos. Su tesis es que Rajoy está pensando en las elecciones europeas y que hasta entonces no se moverá en ninguno de esos asuntos.

Gráficamente, fuentes socialistas aseguran que quiere llegar a esa campaña con el discurso de “España, España”, acuciado por opciones políticas nuevas que le disputan ese electorado, como UPyD, Ciutadans y VOX. Por eso, consideran que el PP buscará posiciones muy claras y definidas para esas elecciones. Mientras lamentan la falta de puentes de diálogo.