De alumno aplicado a rebelde insumiso
Viene esta expresión a cuento de la metamorfosis experimentada por nuestro Tribunal de Cuentas, organismo encargado de fiscalizar a los partidos políticos y a los organismos públicos. <TB>Hace seis meses conocimos la existencia, al parecer, de prácticas poco ejemplarizantes en esta institución: retrasos en su tarea fiscalizadora, sospechosas oposiciones, desbordado nepotismo, etcétera. Su presidente hubo de comparecer ante la Comisión Mixta (Congreso-Senado) y manifestó su intención de acometer cambios. <TB>Pocos podíamos imaginar que el propósito de enmienda iba a llegar tan lejos: en el informe correspondiente al año 2012, su fiscal jefe aprecia delitos en la contabilidad de los principales partidos y no tan solo pequeñas irregularidades como hasta entonces. ¿Cómo es posible este salto cualitativo? Tal vez algún día conozcamos la respuesta, y entonces veremos hasta dónde llegan los vientos de decencia. Por el momento, el vocerío de los partidos no se ha hecho esperar, y el tribunal ha declarado que el escrito del fiscal es tan solo un documento interno de trabajo, al tiempo que dos consejeros discrepan, ahora, de ese informe. Con lo que cabe esperar que, como siempre, todo quede en agua de borrajas y el alumno siga practicando las enseñanzas de sus mentores.— Alfredo Horcajuelo Martín.
