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Corea del Norte reabre la vía de comunicación directa con el Sur

Pyongyang activa la línea telefónica intercoreana para facilitar las conversaciones sobre una posible participación en los Juegos Olímpicos de Invierno

Foto de archivo de un alto cargo del Ejército surcoreano usando la línea telefónica intercoreana.Vídeo: AFP

Corea del Norte ha anunciado este miércoles la reapertura de la línea telefónica intercoreana con el objetivo de facilitar los contactos entre ambos países sobre su posible participación en los Juegos Olímpicos de Invierno. Pyongyang ha anunciado que este canal de comunicación, situado en la aldea fronteriza de Panmunjom y que llevaba dos años en desuso, vuelve a estar operativo desde las 15.00 hora local (las 7.30 en la España peninsular). La medida llega apenas dos días después de que Kim Jong-un llamara a dialogar con el Sur en su discurso de Año Nuevo.

"Ratificando la voluntad de nuestro líder, mantendremos un contacto estrecho y sincero", dijo a la televisión estatal norcoreana Ri Son-gwon, que encabeza la institución encargada de gestionar asuntos intercoreanos, según informa la agencia surcoreana Yonhap. El alto cargo no hizo referencia alguna a la oferta planteada el martes por el Sur de mantener conversaciones cara a cara "al alto nivel" la próxima semana y se limitó a asegurar que se discutirá "el potencial envío de una delegación" a los Juegos, que se celebrarán entre el 9 y el 25 de febrero en la ciudad surcoreana de PyeongChang.

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La línea telefónica fronteriza entre las dos Coreas llevaba prácticamente dos años sin funcionar después de que Pyongyang optara por cortar los canales de comunicación con el Sur. La decisión fue tomada como represalia a la decisión del entonces ejecutivo surcoreano que cerró el complejo industrial de Kaesong, el mayor proyecto hasta la fecha de cooperación económica entre ambos países y una importante fuente de ingresos para el régimen norcoreano.

Según el anuncio de Ri, Kim Jong-un "acogió con agrado" el apoyo del presidente surcoreano, Moon Jae-in, a su oferta de diálogo y aseguró que una mejora de las relaciones intercoreanas "depende totalmente del Norte y el Sur". La oficina presidencial surcoreana dio la bienvenida al movimiento de Pyongyang. "Creo que señala un avance hacia un entorno en el que la comunicación será posible en todo momento", aseguró Yoon Young-chan, portavoz de la Casa Azul. El Ministerio de Unificación surcoreano subrayó que la primera toma de contacto, de 20 minutos de duración, ya se ha producido con el objetivo de comprobar varios aspectos técnicos, y que utilizará esta línea telefónica para negociar con el país vecino los detalles de su propuesta de diálogo bilateral.

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El comité organizador de los Juegos Olímpicos de Invierno se ha sumado al optimismo del Gobierno surcoreano y ha asegurado que están preparados para acoger a la delegación norcoreana si ambos países llegan a un acuerdo. El gobernador de la provincia de Gangwon, donde se sitúa PyeongChang, ha sugerido enviar un crucero a un puerto norcoreano para transportar al equipo, un barco que también serviría de hotel durante los días de competición. Se trataría de la misma fórmula que se utilizó durante los Juegos Asiáticos de 2002, celebrados en la ciudad surcoreana de Busan.

La relación entre las dos Coreas ha experimentado un cambio significativo en apenas dos días a raíz del tono sorprendentemente conciliador de Kim Jong-un durante su discurso de Año Nuevo. El líder norcoreano abogó por mejorar las relaciones con Seúl y consideró que los Juegos son "una buena oportunidad para mostrar la unidad de la gente".

Mientras ambos países inician un aparente deshielo, Donald Trump ha vuelto a cargar con fuerza contra el régimen del Norte. El presidente estadounidense ha asegurado en un tuit que tiene en su mano un botón nuclear "más grande y más poderoso" que el de Kim Jong-un, en referencia a las advertencias que el dictador norcoreano había lanzado horas antes contra Washington también durante su alocución del 1 de enero. Trump achacó el súbito giro de Pyongyang "al gran impacto de las sanciones y otras presiones" y dudó de la efectividad de las conversaciones que vendrán: "Quizás sean buenas noticias, quizás no. ¡Veremos!".

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