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Una deportación más: madre de cuatro ciudadanos de Estados Unidos y sin antecedentes

Las nuevas normas de la policía de inmigración llevan a deportar a Maribel Trujillo, que deja en Ohio cuatro hijos adolescentes

Pablo Ximénez de Sandoval
Protesta en favor de Maribel Trujillo ante la Corte de Apelaciones de Cincinnati.
Protesta en favor de Maribel Trujillo ante la Corte de Apelaciones de Cincinnati.AP

Maribel Trujillo Díaz llevaba 15 años sin papeles en Estados Unidos. No tiene antecedentes penales y se presentaba regularmente ante la policía de inmigración, como estaba obligada. Este miércoles fue deportada en avión hacia México, según informaron sus abogados. Deja en Ohio cuatro hijos adolescentes, ciudadanos de ese país. La policía de inmigración, bajo las nuevas normas dictadas por el presidente Donald Trump, considera que no hay ninguna razón para revisar su caso.

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El caso de Trujillo se suma al de otros indocumentados bajo la presidencia de Trump cuya deportación no tiene justificación en términos de seguridad nacional. El presidente envió mensajes contradictorios durante su campaña electoral, diciendo que la prioridad eran los inmigrantes con delitos violentos al tiempo que proclamaba que todos los indocumentados de Estados Unidos (unos 11 millones de personas) tienen que abandonar el país.

Sin embargo, la orden ejecutiva del 25 de enero y los reglamentos subsiguientes del Departamento de Seguridad Nacional y el Departamento de Justicia no dejan lugar a dudas de que cualquier inmigrante indocumentado será deportado a la mayor brevedad y que el margen de discrecionalidad que antes tenía la policía de inmigración al respecto ha desaparecido. Ya no hay prioridades. La prioridad son todos los indocumentados.

El caso de Trujillo es paradigmático de la situación de millones de indocumentados. Trujillo llevaba en Estados Unidos desde 2002, a donde llegó desde México huyendo de la violencia. Vivía con su familia en Fairfield, Ohio. Su primer encuentro con la justicia llegó en una redada contra trabajadores ilegales en una empresa de alimentos en la que trabajaba. Tenía orden de deportación desde 2014, según una portavoz de la policía de fronteras citada por los medios locales de Cincinnati. La policía no ejecutó esa deportación a cambio de que se presentara regularmente en comisaría para revisar sus datos.

Fue detenida de nuevo este mes para ser deportada y la Corte de Apelaciones de Cincinnati rechazó el pasado 11 de abril una petición para detener el proceso. Desde entonces ha estado detenida en Louisiana hasta que este miércoles se ha materializado la deportación. Su hijo Oswaldo, de 14 años, dijo a la prensa local que no había tenido la oportunidad de despedirse de ella. Sus hermanos tienen 12, 10 y 3 años. La pequeña pregunta dónde está su madre, dice Oswaldo.

Los abogados de Trujillo publicaron un comunicado lamentando que la policía de inmigración (ICE, por sus siglas en inglés) hubiera rechazado considerar el caso dentro de su capacidad para hacer excepciones. “La deportación de Maribel muestra que la Administración Trump no está centrada en deportar criminales, sino en separar a madres pacíficas de sus hijos norteamericanos. Es horrible que niños norteamericanos sean los que van a pagar el precio por estas políticas sin corazón”, dice la abogada Kathleen Hersh, de Basic Legal Equality. Aún sigue adelante una petición de Trujillo ante el Consejo de Apelaciones de Inmigración para revisar su demanda de asilo.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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