Dos policías heridas al ser atacadas con un machete en Bélgica
Según la policía de Charleroi, el agresor atacó a las agentes al grito de "Allahu Akbar" ("¡Dios es grande!") frente a una comisaría y ha muerto por los disparos de otro agente
Dos policías han resultado heridas en un ataque con machete frente a una comisaría del municipio belga de Charleroi, unos 50 kilómetros al sur de Bruselas. Las autoridades han confirmado que ambas están fuera de peligro, si bien una de ellas deberá ser operada por sus profundas heridas a la altura de la cabeza. Su compañera solo ha sufrido cortes leves. La policía ha confirmado la muerte del agresor en el hospital debido a las heridas causadas por disparos de un tercer agente que se encontraba en el lugar.
La versión de la policía de Charleroi señala que el atacante gritó "Allahu Akbar" ("¡Dios es grande!") en el momento en que se abalanzó sobre las agentes. Un amplio dispositivo de seguridad impide el paso a la zona donde se encuentra la comisaría mientras se investiga lo sucedido. Charleroi, que forma parte de la región francófona de Valonia y cuenta con una población que supera los 200.000 habitantes, fue una de las localidades elegidas por los yihadistas que atacaron París el 13-N para preparar los atentados. La investigación reveló que alquilaron un piso franco en la ciudad durante un año bajo identidad falsa.
Le décès de l'agresseur à la machette est confirmé. Les deux collègues sont hors de danger. Merci pour le soutien #PoliceCharleroi
— Police Charleroi (@PoliceCharleroi) August 6, 2016
El primer ministro belga, Charles Michel, ha condenado el ataque, se ha solidarizado con las víctimas y ha manifestado en la cadena belga RTL que los primeros indicios "apuntan claramente a un acto terrorista". El ministro belga de Interior, Jan Jambon, ha calificado la agresión de "acto innoble". El organismo que evalúa el nivel de riesgo terrorista se ha reunido de urgencia y ha decidido mantener la alerta en el nivel 3, un escalón por debajo del máximo, lo que implica que la amenaza es "grave, posible y creíble pero sin datos concretos que apunten a un ataque inminente". El ejército permanece desplegado en las calles desde los atentados de París del pasado noviembre.
En las últimas semanas las fuerzas de seguridad belgas han realizado numerosas redadas en todo el país que se han saldado con varias detenciones por vínculos con grupos yihadistas. En la última operación fue detenido Nourredine H., de 33 años, que según la fiscalía tenía planes para atentar en el país. La mayor operación de las últimas semanas se produjo hace un mes y medio, cuando la policía llevó a cabo una macrooperación en 16 localidades en la que arrestaron a 12 sospechosos, si bien solo tres de ellos fueron finalmente acusados de delitos relacionados con el terrorismo y el resto fueron liberados.
El clima de psicosis colectiva que vive el país tras los atentados que el 22 de marzo causaron 32 víctimas mortales y centenares de heridos en el aeropuerto y el metro de Bruselas ha provocado también que durante las últimas semanas se sucedan las falsas alarmas. La estación central de tren fue evacuada el mes pasado por un paquete sospechoso que se demostró inofensivo, y hace poco más de dos semanas, un joven estudiante de ingeniería iraní que medía las ondas y radiaciones de la ciudad con un aparato que incluía hilos que salían de su vestimenta hizo sospechar a los vecinos de que pudiera tratarse de un terrorista. Ante las dificultades para comunicarse con la policía, el despliegue policial se mantuvo durante horas hasta que se aclaró el malentendido.
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