París aplaza la apertura de su campo de refugiados para después del verano
Los problemas burocráticos dificultan la creación inmediata de un centro de acogida
El campo de refugiados que proyecta el Ayuntamiento de París tendrá que esperar hasta después del verano. La alcaldesa de la ciudad, Anne Hidalgo, anunció hace dos semanas su puesta en marcha para mediados de julio por la urgencia de crear de un gran centro que evite el incesante flujo de refugiados obligados a acampar en plena calle sin las más mínimas condiciones de higiene. A pesar de las duras críticas de Hidalgo hacia el Gobierno de Hollande por su inacción al respecto, este está colaborando con el municipio en la puesta en marcha del campamento.
La presión de refugiados e inmigrantes sobre París no cesa. Solo el pasado miércoles, en un solo día, el Ayuntamiento ha tenido que buscar acomodo a 200 individuos. Aloja a 30.000 personas sin techo y en año y medio ha recibido 8.000 demandantes de asilo. Es urgente, según Hidalgo, abrir un centro que acoja, evalúe y distribuya convenientemente a los que van llegando. “Pero no podemos arriesgarnos a ocupar cualquier terreno que luego nos obligue a cerrar por problemas administrativos”, ha explicado esta mañana Dominique Versini, adjunta a la alcaldesa.
El campamento que proyecto el Ayuntamiento es singular. Se regirá por las normas de la agencia de refugiados de la ONU. Tendrá, por tanto, viviendas modulares para poder acoger a familias completas preservando cierta intimidad. Será un centro construido dentro de la Unión Europea y en un territorio urbano de una gran ciudad (probablemente en el norte, en el distrito XVIII). Su modelo es el ya existente en la costa atlántica, cerca del canal de la Mancha, en Grande-Synthe, pero, como ha explicado Versini, una gran diferencia entre ambos es que los refugiados que llegan a París son mayoritariamente sudaneses, eritreos y afganos que quieren quedarse en Francia; no cruzar el Canal hasta el Reino Unido como ocurre en Calais y en Grande-Synthe.
Para el Ayuntamiento de París es evidente que el Estado, pero también los municipios, deben reaccionar ante la emergencia: el mayor flujo de refugiados que vive Europa desde la II Guerra Mundial. La mayoría provienen de Siria, en guerra desde hace cinco años.
Entre el flujo de migrantes y refugiados, París, como toda Europa, afronta, además, el problema de los niños que llegan solos. En la capital francesa viven acogidos 1.500 menores no acompañados. Unicef ha hecho público esta mañana el resultado de su investigación acerca de estos menores en la zona del canal de la Mancha. Víctimas de las mafias, los niños tienen que trabajar para ellas y sufren violencia extrema, incluidas las agresiones sexuales.
Las organizaciones humanitarias más implicadas son Emmaüs, France Terre d’Asile y Aurore, pero no solo. También están colaborando en el proyecto Médicos sin Fronteras y Cruz Roja, entre otras.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.