Londres exige a Bruselas más cesiones para evitar el ‘Brexit’
Tusk anuncia tras reunirse con Cameron que no hay acuerdo pero habrá un "intenso trabajo" para lograrlo en las próximas 24 horas
La negociación se encuentra en su fase crítica y las dos partes, Londres y Bruselas, se enfrentan a enormes dificultades para lograr el objetivo común: que Reino Unido permanezca en la UE. El primer ministro británico, David Cameron, recibió anoche en Downing Street al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, para trasladarle que el freno de emergencia para limitar las ayudas públicas a los trabajadores de otros países europeos, la solución de Bruselas a su petición más controvertida, no basta. Tusk se da 24 horas para decidir si lanza una propuesta firme.
Con los euroescépticos de su partido ridiculizando abiertamente la oferta, Cameron necesita salvar los muebles y ofrecer a los votantes, ante el referéndum que debe celebrar antes del final de 2017, algo que no suene a derrota: el primer ministro exigió, en su propuesta negociadora y en su programa electoral, poder negar determinadas ayudas públicas a los inmigrantes europeos hasta que hayan cotizado cuatro años.
Donald Tusk, sabedor del rechazo frontal que la petición de Cameron genera en la mayoría de los socios, necesita presentar ante los otros 27 algo que no viole la libre circulación de personas y que no siente un peligroso precedente para otros países. Tras una cena en la que se sirvió salmón ahumado, ternera con verduras y crujiente de manzana y pera, Tusk se limitó a informar en su cuenta de Twitter de que no había acuerdo aún y que el trabajo intensivo en las siguientes 24 horas será “crucial”. Una fuente europea añadió que el equipo negociador permanecerá hoy en Londres para tratar de sortear los escollos y que tras esas reuniones Tusk decidirá si lanza una propuesta formal a los Veintiocho.
Más explícitas —y confiadas en el pacto— se muestran las fuentes británicas. Un portavoz de Downing Street aseguró anoche que ha habido grandes progresos en las últimas 48 horas, aunque queda trabajo por hacer. Este portavoz desveló algo que Bruselas no ha confirmado: que la Comisión Europea ha aceptado la petición más controvertida de Cameron, relativa a limitar ayudas a ciudadanos comunitarios afincados en Reino Unido. “La Comisión ha presentado un texto que deja claro que las actuales circunstancias de Reino Unido cumplen los criterios para activar el freno de emergencia”, subrayó esa fuente.
Ese freno de emergencia propuesto el viernes en Bruselas por Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión, consiste en que cualquier Estado miembro pueda negar ayudas públicas provisionalmente a los trabajadores de otros países europeos, si se demuestra que estas suponen una carga inaceptable para el Estado de bienestar del país y lo apruebe la mayoría de los socios. Cameron indicó el viernes que la propuesta supone un “progreso” pero “no es suficientemente buena”.
El primer ministro, según un alto cargo del Gobierno británico, estaría dispuesto a aceptarlo siempre que pudiera aplicarse inmediatamente después del referéndum y permanecer vigente durante el tiempo suficiente para resolver los problemas que, según el Ejecutivo conservador, derivan de la presión migratoria. Además, según la misma fuente, Cameron busca el compromiso de que la medida sea solo el preámbulo de un mecanismo más duradero.
Tras la reunión de anoche, se espera que Tusk envíe a los Estados miembros a principios de esta semana un borrador sobre la reforma de la relación de Reino Unido con la UE. El objetivo es discutirlo —y eventualmente aprobarlo— en la cumbre que se celebrará los días 18 y 19 de febrero. Si se alcanza un acuerdo, Cameron confía en poder someter a referéndum la permanencia o no del país en la UE tan pronto como el 23 de junio, un mes y medio después de las cruciales elecciones a la alcaldía de Londres y al Parlamento escocés.
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