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Grecia permite recurrir a la gestación subrogada a dos parejas españolas

La ley griega admite que ciudadanos europeos empleen ese proceso de de gestación en ese país

María R. Sahuquillo

La justicia griega ha aprobado que dos parejas españolas recurran a la gestación subrogada en Grecia. La ley griega permite esta opción a griegos y ciudadanos comunitarios --aunque sólo matrimonios heterosexuales o personas solteras— que viven temporalmente en Grecia siempre que la madre gestante no tenga ánimo de lucro. La normativa recoge, sin embargo, que la embarazada puede recibir una contraprestación económica por las molestias (como faltar al trabajo), aunque esta no puede superar los 10.000 euros. Al menos otra veintena de parejas españolas han solicitado ya el permiso para concertar una maternidad subrogada en Grecia, algo que en España está prohibido.

El juez ha autorizado así a ambas familias a someterse a los tratamientos y realizar todo el proceso en Grecia, donde la ley marca que es la justicia quien debe estudiar y avalar cada caso. Una de las parejas, formada por una mujer de 37 años —residente temporal en Tesalónica— y un hombre de 35, iniciará el procedimiento en las próximas semanas, según ha asegurado Didac Sánchez, presidente de Subrogalia, el bufete especializado que ha llevado sus casos. Lo hará a través de una transferencia de óvulos fecundados al vientre de la madre gestante, de nacionalidad albanesa.

El caso de estas parejas, asegura Sánchez, que ha estudiado la jurisprudencia griega, es el primero de ciudadanos españoles. "Estas sentencias favorables abren la puerta a otras muchas personas que quieran recurrir a una maternidad subrogada en Grecia, un país de la Unión Europea". El país balcánico cambió su legislación en julio de 2014 para permitir los vientres de alquiler (como algunos llaman a la gestación subrogada) a matrimonios de ciudadanos comunitarios o personas solteras residentes temporalmente en ese país, una alternativa que hasta ese momento sólo se permitía a los griegos o residentes permanentes en el país.

Grecia y Reino Unido son los dos únicos países de la UE que permiten la gestación subrogada, aunque en ambos casos sólo se permite si la madre que preste su útero lo hace de manera altruista —salvo la compensación por las molestias—. La diferencia es el precio. Si en Reino Unido el proceso puede costar unos 120.000 euros, en Grecia el paquete completo (compensación a la embarazada, gastos médicos y legales) rondaría los 60.000, explica Sánchez.

Hasta ahora, la mayoría de parejas españolas apostaban por viajar a Estados Unidos, India, Tailandia o México. Sin embargo, la restricción de las autoridades indias y tailandesas de los vientres de alquiler y el alto precio de esta opción en Estados Unidos —donde está muy regulado y puede costar entre 120.000 y  200.000 euros—, ha acotado el círculo últimamente. En los últimos tiempos, las familias buscan resquicios legales en otros países y destinos más asequibles. Así, Grecia se podría perfilar como uno de estos destinos, como ya se ha concretado Ucrania, donde el proceso puede costar unos 50.000 euros. "Esta apertura puede ser prometedora, porque es un país más cercano y podría ser más económico, pero la ley griega tiene limitaciones, por ejemplo para las parejas del mismo sexo", dice Pedro Fuentes, presidente de la organización Son Nuestros HIjos (SNH), que agrupa a familias que han recurrido a la gestación subrogada. También exige un certificado médico de que la mujer que reclama la subrogación no puede gestar por sí misma.

SNH es muy cautelosa con las dos sentencias griegas. "Todavía no hay ningún niño extranjero nacido tras la nueva regulación, así que habrá que ver cómo se establece la filiación del menor", dice Fuentes. Cada país tiene una regulación distinta para inscribir la filiación del niño. El Gobierno español exige —así lo marca una orden ministerial— que esa filiación esté determinada por un juez o un proceso de filiación extramatrimonial (que exige que se inscriba a la gestante).

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.

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