Los primeros tropiezos de Jimmy Morales
Un asesor del presidente electo de Guatemala, acusado de plagio intelectual
La bisoñez en política empieza a pasar factura al presidente electo de Guatemala, Jimmy Morales, para el que no habrá periodo de gracia de un pueblo que, escaldado tras décadas de engaño por parte de sus dirigentes, guarda una desconfianza profunda hacia la clase dirigente. Un recelo que, por otra parte, valió a Morales un triunfo rotundo en las urnas gracias a su lema “ni corrupto ni ladrón” y a presentarse como un outsider de la política.
A 10 días de su victoria y a dos meses de su toma de posesión, en plena etapa de transición, a Morales le ha estallado el primer escándalo: la Universidad de San Carlos ha denunciado que el asesor presidencial en temas financieros, José Ramón Lam, fue despedido del Instituto de Problemas Nacionales por haber plagiado ensayos de autores españoles, peruanos y ecuatorianos. Jimmy Morales ha rechazado la denuncia y ratificó a Lam en su puesto.
“Esto es algo grave”, dice a EL PAÍS el sociólogo Carlos Guzmán-Böckler. Añade que resulta pueril que el presidente electo pida pruebas contundentes de las acusaciones de plagio, cuando saltan a la vista. “¿Vamos a mejorar o vamos a seguir igual?”, se pregunta. “Si con estos primeros pasos se empieza a cuestionar la integridad de Morales y la credibilidad de su círculo de confianza, ¿qué podemos esperar para el futuro?”, reflexiona.
“Morales es muy vulnerable a este tipo de circunstancias”, comenta el analista Gustavo Porras, que recuerda que el ascenso del presidente electo obedece a una idealización. “Las idealizaciones emotivas que llevaron a Morales a ganar la presidencia tienden a ser absolutas. Emergió como el sin mancha, el que no tiene nada que ver con la política tradicional… Su figura fue idealizada y estas idealizaciones son muy vulnerables ante casos como el de su asesor. No creo que por sí solo vaya a tener trascendencia, pero si surgen nuevos casos, tendrá graves problemas”, puntualiza.
Este no es el único obstáculo. Esta semana trascendió una denuncia ante el Tribunal Electoral que afecta a tres de los 12 diputados electos que, a su vez, son contratistas del Estado, por lo que no deberían asumir su escaño por incompatibilidad. El partido de Jimmy, el Frente de Convergencia Nacional (FCN), tiene 12 diputados en un Legislativo de 158 escaños. Otro diputado electo, el militar Edgar Ovalle, está acusado de delitos de lesa humanidad durante la Guerra Civil (1960-1996), lo que podría costarle el escaño. A lo anterior se suma la petición del equipo negociador de Morales para que el presupuesto de 2016 se apruebe “sin candados”, extremo que deja manos libres al Ejecutivo, lo que ha sido aprovechado por la oposición para cuestionarlo.
La euforia inicial empieza a dar paso a un prematuro desencanto que se empieza a sentir entre una parte de los ciudadanos guatemaltecos.
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