La UE creará 100.000 plazas para migrantes en Grecia y los Balcanes
La ONU ayudará con la apertura de albergues en los países más afectados por la crisis
Los cientos de miles de refugiados que transitan por Europa para alcanzar los países del norte —principalmente Alemania— generan fricciones entre Estados vecinos. Para acabar con el desvío intencionado de los flujos de unos territorios a otros y evitar las imágenes de demandantes de asilo desatendidos en descampados, los líderes de 11 Estados (más los ministros de otros dos) se reunieron este domingo en Bruselas. Los dirigentes pactaron crear 100.000 nuevas plazas para acoger y registrar a los asilados. La mitad se habilitarán en Grecia y el resto las ofrecerá la agencia de refugiados de la ONU (ACNUR) donde se requiera.
La Unión Europea está desbordada ante la mayor crisis migratoria que vive desde la II Guerra Mundial. En lo que va de año, 710.000 personas han entrado en territorio comunitario, según Frontex, la agencia europea que coordina la supervisión de fronteras. Aunque sus expertos advierten de que la cifra puede estar sobredimensionada porque muchos de los demandantes de asilo son interceptados en Grecia y después en Hungría, cuando transitan por ese país, la magnitud de las llegadas genera gran tensión entre países.
Los 11 países que integran la llamada ruta de los Balcanes —todas las etapas desde Grecia hasta Alemania, incluidos los territorios que no pertenecen a la UE— acordaron por primera vez en Bruselas medidas concretas de coordinación y gestión. Aunque el comunicado final rebajó algo la ambición respecto a las intenciones previas, los líderes apoyaron algunas iniciativas novedosas. La principal consiste en crear 100.000 nuevas plazas (la mitad en Grecia) para alojar a los demandantes de asilo y completar sus registros. “Hay que aliviar el sufrimiento de los refugiados. Todos hemos firmado la convención de Ginebra [sobre el trato digno a los refugiados] y lo que vemos en algunas ocasiones no se corresponde con lo firmado”, alertó la canciller alemana, Angela Merkel, al término de la minicumbre de Estados europeos.
De esas 50.000 plazas que creará Grecia, 30.000 estarán disponibles este año y 20.000 el próximo, un compromiso al que al principio se resistía el primer ministro griego, Alexis Tsipras, cuyo país es la principal puerta de entrada de los migrantes a la UE. El resto de plazas las habilitará ACNUR donde resulte necesario, pero en cualquier caso en esta llamada ruta de los Balcanes. Tanto en el caso griego como en el resto habrá financiación comunitaria.
Caos en los movimientos
Con el fin de evitar el caos en la atención a los desplazados, los Estados se comprometen a evaluar las necesidades de acogida en 24 horas y a pedir ayuda a la Comisión en caso de no poder hacer frente a los flujos que reciban. El texto acordado anoche considera inaceptable desviar intencionadamente a los grupos de refugiados de unos países a otros, aunque se trata de una declaración política.
“Europa no se construye unos contra otros, sino unos con otros”, sintetizó el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, que convocó la reunión. Al encuentro acudieron los primeros ministros de Rumanía, Alemania, Austria, Hungría, Croacia, Eslovenia, Bulgaria, Grecia (y a dos ministros de Luxemburgo y Holanda), así como a los dirigentes de Albania, Macedonia y Serbia (ajenos a la UE pero integrantes de la ruta balcánica).
Pese a los esfuerzos por dar una imagen de unidad, la única comparecencia conjunta de anoche reunió a Juncker, Merkel y el alto comisionado de ACNUR, António Guterres, que abogó por “un sistema permanente de reubicación de refugiados entre países europeos” como alternativa a la crisis actual. Ninguno de los Estados balcánicos o Hungría, con una visión muy diferente, se les unieron.
Los líderes acordaron también el despliegue en una semana de 400 policías que controlen las fronteras y ayuden en el registro de migrantes en Eslovenia, uno de los puntos ahora con mayor presión de tránsito de migrantes.
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