El padre de Andreas Lubitz, un hombre “completamente abatido”
“Cargaba a sus espaldas todo el drama”, dice un alcalde de la zona
La familia del copiloto del avión de Germanwings siniestrado en los Alpes el martes llegó a la zona del impacto el jueves por la tarde. Allí, el alcalde de una pequeña aldea próxima, Prads-Haute-Bléone, de apenas 150 habitantes, pudo comprobar su profundo abatimiento. “Estaba hundido; completamente abatido”, ha declarado el regidor Bernard Bartolini a la cadena de televisión BFM. “Me pareció ver a un hombre que cargaba a sus espaldas todo el drama”.
Muy cerca de Prads-Haute-Bléone se sitúa otra aldea, Le Vernet, que se ha convertido en el lugar de peregrinación de los familiares de las víctimas, ya que es el punto accesible más próximo a donde están los restos de la tragedia y también por la placa situada allí en memoria de lo ocurrido. Es un pequeño monolito en tres idiomas: francés, español y alemán.
Los pueblos de la zona siguen movilizados para atender a los familiares de los 150 fallecidos en la catástrofe aérea más importante registrada en suelo francés en 40 años. Seyne-les-Alpes es el pueblo más grande del valle, con un millar de habitantes, y el que dispone de un aeródromo que están utilizando permanentemente los helicópteros de los equipos de rescate, que ya el miércoles hallaron los primeros restos humanos. El alcalde de esta población, Francis Hermitte, que además es médico en el ambulatorio local, centraliza la acogida de los familiares de las víctimas. La zona dispone de unas mil camas hoteleras (hay tres pequeñas estaciones de esquí) y otras 350 camas disponibles en casas de particulares que habitualmente las alquilan a los turistas y que han ofrecido de manera gratuita para la ocasión.
En cuanto a la investigación de lo ocurrido, este sábado no había novedades. El general Jean-Pierre Michel, jefe de los investigadores franceses, declaró que no se descartan fallos técnicos en el avión. El primer ministro francés, Manuel Valls, remachó que “por principio, ninguna hipótesis puede ser descartada” todavía. El fiscal de Marsella, Brice Robin, tampoco ha cambiado su calificación de “homicidio involuntario”. Así lo confirmó ayer por teléfono a este periódico. “Para que fuera de otra manera tiene que haber certeza de que había consciencia de matar. Pero el copiloto está muerto”.
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