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Father John Misty, el hombre que iba para cura hasta que descubrió el rock

Hijo de devotos cristianos evangélicos, sus canciones hablan de cómo la religión no es más que una coartada para rendirnos pleitesía a nosotros mismos

Álex Vicente
Father John Misty, fotografiado para ICON en París con traje de Ermenegildo Zegna.
Father John Misty, fotografiado para ICON en París con traje de Ermenegildo Zegna.Audoin Desgorges/BraisVilasó

Definió su primer álbum como “estar borracho en la cama con pizza colgando de la boca, a las cuatro de la madrugada”. El segundo fue más bien “una exploración del amor, la intimidad y el matrimonio”. Y aquí llega el tercero, Pure comedy, que sería lo más parecido a un disco de tertuliano. En esta reencarnación, Father John Misty se ha transformado en una especie de comentarista político que analiza ese desastre al que llamamos tiempos que corren. Sus canciones hablan de cómo la actual obsesión por la tecnología nos deja ciegos.

De cómo escogemos conscientemente a títeres para que nos gobiernen y luego pasamos cuatro años protestando. De cómo la religión no es más que una coartada para rendirnos pleitesía a nosotros mismos sin que nos tilden de ególatras. “No es casualidad que Dios tenga nuestro rostro y actúe como nosotros. En especial, el del Antiguo Testamento”, afirma este hijo de devotos cristianos evangélicos, que iba para cura hasta que descubrió el rock. Con la barba afeitada y menos pose que en otros tiempos, el antiguo batería de Fleet Foxes nos recibió, tras una noche de cócteles en el Marais parisino, con más ganas de conversar de lo que su legañoso rictus dejaba intuir.

"Hay algo bello en la fe, aunque sea totalmente irracional. Yo hablo con Dios, aunque no crea en él"

¿Cómo definiría este tercer disco? Todos mis discos empiezan con un cliché. El primero respondía a esta pregunta: “¿Quién soy?”. El segundo, a “¿qué es el amor?”. Y este tercero, a “¿qué significa todo esto?”. Lo escribí como si fuera un extraterrestre que llega a este planeta con la misión de elaborar un informe sobre nuestra especie.

En el tema que da título al álbum parece reformular el mito sobre los orígenes. Según tengo entendido, los humanos solíamos nacer tras un embarazo de 14 meses. Pero era imposible que saliéramos del útero materno, porque nuestras cabezas eran demasiado grandes. Por eso ahora nacemos cinco meses antes, pero malformados y totalmente indefensos. En eso consiste el amor: no logramos sobrevivir sin que nos cuiden durante esas primeras semanas. En el fondo, el amor no es una experiencia poética ni trascendental, sino totalmente pragmática. Si te interesa sobrevivir, no tienes más remedio que buscar amor.

El disco también habla del conflicto entre hombres y mujeres. Parece ponerse del lado de ellas. Las mujeres gobernaron el mundo durante mucho tiempo. Son mejores líderes, porque piensan con el hemisferio derecho, donde se encuentran la intuición y el pensamiento simbólico. Los hombres, en cambio, piensan con lenguaje, lógica y matemáticas, que están muy bien para construir un puente, pero poco más. No es casualidad que el patriarcado apareciera a la vez que la palabra escrita.

Traje Bottega Veneta y camisa Dries Van Noten.
Traje Bottega Veneta y camisa Dries Van Noten.Audoin Desforges/ Brais Vilasó

¿Cuánta vida le queda al patriarcado? Yo no lo entiendo como una guerra entre sexos, sino como una parte de la población que se aprovecha de la esclavitud de la otra. Existe una clase superior y otra inferior. Y el día en que esta última se rebele, no será un desfile de sombreros de color rosa, sino algo jodidamente violento. Pero mejor que no siga, porque no tengo las respuestas. Solo estoy especulando. Bla, bla, bla.

Es mejor que el silencio, supongo. No, el silencio es bueno. Lo más radical que puede hacer uno es quedarse callado. La expresión de tus ideas se ha convertido en la norma. Se ha normalizado todo tipo de expresión, incluidas la rebelión y la desobediencia civil.

“¿Dónde encontraron a esos bobos que escogieron para que los gobernaran?”, canta. ¿Quién inspiró esos versos? No hablo de Trump, sino de todos los políticos. La guerra de Vietnam terminó porque la gente se hartó de verla en la tele. Con Trump ha sucedido lo contrario: la gente quiere más y más. Todo el mundo aseguró que, si ganaba, se iría a otro país. Pero pasa lo contrario: se despiertan y corren a descubrir qué barbaridad sexista y racista habrá dicho. El entretenimiento se ha convertido en una ideología.

A ratos, sus versos suenan algo antirreligiosos. No lo son. Hay algo bello en la fe, aunque sea totalmente irracional. Yo hablo con Dios, aunque no crea en él.

"No volveré a trabajar con Beyoncé. A mí me interesa escribir sobre las grandes cuestiones, no contribuir a un culto a la personalidad”

¿Le influye haber sido educado por cristianos devotos? De niño me dijeron que nada de lo que veía era real. Eso me convirtió en un niño raro y desconectado. La idea de que el mundo es un lugar falso y no virtuoso sigue acompañándome. Me paseo por el mundo diciéndome que es un sitio asqueroso. Eso es lo que la cristiandad me enseñó.

Con los años, ¿ha terminado entendiendo a sus padres? Entender implicaría un orden y una racionalidad que brillan por su ausencia. La fe es caos y no puedes entenderla. Lo que he hecho es aceptarlo.

Y ellos, ¿le han aceptado a usted? Creo que no. No vienen a mis conciertos ni escuchan mi música. Pero no tiene nada que ver con la religión. Esa es solo la excusa fácil. La cuestión es que mi madre no recibió el tipo de amor que necesitaba, como tampoco lo recibí yo. Ese es el verdadero problema.

"La idea de que el mundo es un lugar falso y no virtuoso sigue acompañándome. Me paseo por el mundo diciéndome que es un sitio asqueroso. Eso es lo que la cristiandad me enseñó"

Una de sus nuevas canciones habla de un futuro donde cualquiera podrá “acostarse con Taylor Swift”. En realidad no quiero que le pase eso a Taylor. Lo que digo es que, para mucha gente, ese sería el súmmum de la evolución humana: acostarse con su celebridad favorita. Internet se ha convertido en pornografía. Empezó como una utopía democrática, pero ahora el 90% es porno… e ira.

Escribió canciones para Beyoncé y para Lady Gaga. ¿Es importante tener un pie en la cultura mainstream? Cuando Beyoncé te pide que le escribas una canción, te resulta tan raro que acabas diciéndole que sí. Pero no volveré a hacerlo. A mí me interesa escribir sobre las grandes cuestiones, no contribuir a un culto a la personalidad. El mundo de la música pop me producía una curiosidad mórbida, pero he descubierto que tampoco es tan interesante.

En este disco parece dejar atrás el personaje que se construyó en sus comienzos. Nunca me he puesto ningún disfraz. De acuerdo, llevo un nombre falso, pero también lo son los de Bob Dylan, Nina Simone o Serge Gainsbourg. El 100% de lo que escribo refleja mi vida real. Me resulta cargante que se cuestione mi autenticidad. No hay que ser tan jodidamente literal.

“Cuando bajo a ver al público, casi cada noche alguien me agarra la polla”, ha dicho. ¿Es halagador o molesto? No, es horrible. Tampoco es como si llorara por ello, pero me parece un ejemplo sobre cómo los humanos nos transformamos los unos a los otros en objetos, siempre al servicio de nuestro placer. Somos una especie despiadada.

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Sobre la firma

Álex Vicente
Es periodista cultural. Forma parte del equipo de Babelia desde 2020.

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