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“El colectivo LGTB de Cuba vive un momento de apertura y transición”

Daniel Abma, documentalista y director de 'Transit Havana', cree que el país ha pasado de perseguir la homosexualidad a utilizar todos sus medios de propaganda para integrarlos

Daniel Abma, durante su visita a Bilbao con motivo del festival de cine LGTBI Zinegoak
Daniel Abma, durante su visita a Bilbao con motivo del festival de cine LGTBI ZinegoakI. M.
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IN ENGLISH: “The LGBT community in Cuba is going through a transition”

El encuentro con un cirujano belga le dio al documentalista y activista por los Derechos Humanos, Daniel Abma (Países Bajos, 1978), la historia que buscaba: todos los años Cuba invita al cirujano belga y a otro holandés para que realice operaciones de cambio de sexo a cinco ciudadanos de la Isla. Desde noviembre de 2013 a enero de 2015, Abma documentó la vida de tres transexuales que esperan con ilusión ser uno de esos cinco “privilegiados” y durante el rodaje la actualidad le dio un cuarto personaje para convertir la historia de denuncia en un documental histórico: Cuba abre nuevas vías diplomáticas con los Estados Unidos. “El régimen ha pasado de perseguir la homosexualidad a utilizar todos sus medios de propaganda para integrarlos”, asegura Abma, orgulloso de poner el cine al servicio de la integración del colectivo con su obra Transit Havana. Durante la última edición del festival de cine LGTBI Zinegoak 2017 ha presentado su película en Bilbao. “Todavía los homosexuales cubanos deben enfrentarse a la intolerancia religiosa, la pobreza, la discriminación y, a menudo, a la prostitución”, asegura.

Los médicos cubanos no cuentan todavía con los conocimientos necesarios para realizar cambios de sexos en la Isla. Por eso, todos los años el Régimen de Cuba invita a la isla a dos especialistas europeos. El documentalista Daniel Abma conoció a uno de ellos y consiguió los permisos para filmar desde el terreno el nuevo programa de Estado para cuidados transgénero, liderado por la hija del actual presidente de la isla, Mariela Castro. En total, necesitó cuatro viajes a la isla repartidos a lo largo de dos años. “Mariela Castro nos apoyó en todo, nunca controló nada de lo que filmábamos y quedó claro que para el colectivo es toda una madre”, señala el director impresionado por la involucración del Gobierno actual en conseguir la mayor integración posible del colectivo LGTBI.

La “Queen Mom” del colectivo LGTBI

Mariela Castro es miembro de la Asamblea Nacional y directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) con lo que “hace uso de toda la maquinaria de propaganda del régimen para sensibilizar a todos con la defensa de los derechos humanos de la población LGTBI”. Algo que dota de una gran visibilidad al colectivo y “rompe con la tendencia a la exclusión de todas las personas homosexuales en los tiempos de Fidel Castro”. “De todos modos, en esta lucha está el Socialismo sigue siendo una prioridad”, matiza el cineasta. No es casualidad, por eso, que el programa que financia el cambio de sexo lleve por lema: “Homofobia no, socialismo sí”. Y tampoco, que al final le pidieran la modificación de algunos planos del documental “por transmitir una imagen de la isla errónea”.

“Sin el apoyo de Mariela hubiera sido imposible rodar y movernos tan cómodos por la Isla pero cuando vieron el resultado nos pidieron unos cambios que no hicimos”, asegura el director con pena de que el día del estreno no asistiera Mariela Castro.

Muchos transexuales de Cuba no tienen más opciones laborales que la prostitución

Los que sí estuvieron en el estreno fueron sus protagonistas: Odette, Malú y Juani. Tres generaciones diferentes de diferentes sexos y con diferentes retos para normalizar sus vidas. “Juani con 64 años lleva una vida buena, fue una de las primeras mujeres transexuales y su nueva identidad como varón no le ha causado problemas”. Los otros dos protagonistas sí: Odette tiene 38 años y sufre el rechazo de su propia familia por criterios religiosos; Malú de 28, se ha visto abocada a la prostitución durante algunos años de su vida ante la falta de alternativas. “Cada perfil representa bien los retos que todavía deben hacer frente las personas transexuales: el rechazo religioso, la falta de oportunidades laborales y la exclusión social”, remarca Abma.

Una oportunidad para la apertura

“La gente de Cuba ya sabe que la discriminación no es correcta y las aceptan dentro de la revolución pero siguen siendo muy machistas”. Un machismo que mezclado a la “visión tradicional y católica del mundo” obliga al colectivo LGTBI a seguir luchando por normalizar sus vidas. “Para Odette la Iglesia es un gran problema: su madre le recuerda una y otra vez que no puede ser transexual por ir en contra de la Creación. Para Malú, la lucha por los derechos de los transexuales sea convertido en el motor de su vida como líder de la Asociación TransCuba”.

La apertura política del Régimen acompaña también a la mayor sensibilidad de la isla con el colectivo LGTBI. “Las generaciones mayores miran con resquemor la apertura y les cuesta entender a las transexuales. Los jóvenes impulsan el cambio y miran con normalidad al colectivo”.

Un ejemplo a seguir

El proceso de cambio que vive Cuba y el trabajo final del documental, le ha servido a Abma para reflejar “cómo los países pueden realizar cambios radicales” y “cómo hasta los gobiernos más tradicionales pueden hacer un uso positivo de sus medios para sensibilizar”. “En Cuba convive la tradición con los movimientos proapertura con toda normalidad. Y es Mariela Castro dentro de la Asamblea Nacional quién promueve la integración. Este mensaje en muchos países del Este de Europa llena al colectivo LGTBI de esperanza”, señala satisfecho por su trabajo. Y es que en Georgia tras proyectar su película se enteró de que hacía pocos días una persona transexual había sido degollada en la calle. “Muchos colectivos pueden tomar fuerza con mi documental y muchos gobiernos reforzar sus campañas”. Por eso, trabaja ya en su siguiente largometraje documental con el que seguir utilizando el cine al servicio de la igualdad.

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