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En España también se pasa hambre

La periodista Arianna Giménez Beltrán habla de 'Hungerland', el proyecto multimedia que ha desarrollado sobre la vulneración del derecho a la alimentación en este país

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Pensemos en cómo era nuestra cotidianidad antes de la crisis económica y comparémosla con la actual. En esa brecha temporal y vital, crecen dos de sus legados más crueles: la normalización de la pérdida de derechos y la invisibilidad de esta en el día a día. Son casi 10 años de asfixia entre las cuatro paredes de miles de hogares españoles.

Entretanto, hemos sido testigos de recortes en los servicios sociales, de la pérdida de estabilidad laboral y del empobrecimiento de parte de la población. Agentes sociales como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca o la Alianza contra la Pobreza Energética llevan años denunciando la emergencia habitacional y energética que se vive en el país. Es en esta realidad ya común que escucho hablar por primera vez de urgencia alimentaria en España. Y de eso hace ya dos años.

Así nace Hungerland, un proyecto compuesto por fotografía, vídeo y texto que busca poner sobre la mesa uno de los agravios menos tangibles de esta falacia económica: la vulneración del derecho a la alimentación de las personas. Documentar el último eslabón de la escala de carencia, no tener para comer, es una herramienta para evidenciar una realidad cercana pero poco tangible. Es también una voz que alerta de los despojos con los que estamos acostumbrados a convivir.

La situación económica ha modificado nuestros hábitos alimentarios y ha afectado a nuestra seguridad alimentaria. Hasta la crisis, hablábamos de seguridad alimentaria en términos de preservación de la seguridad, salubridad e higiene de los alimentos. Ya no: hablar hoy de esta cuestión es referirse al grado de dificultad con que las personas obtienen sus alimentos y logran solventar sus necesidades.

Lo primero que una entiende cuando quiere hablar de hambre en España es que de todas las caras de la pobreza, la del hambre es la menos visible. Cuantificamos el paro, la fluctuación del producto interior bruto, se lucha por hacer un registro de las familias que han perdido su casa en manos de los bancos. No hay datos oficiales sobre hambre en España, lo que hay son indicadores de pobreza. Así, dentro del embalaje del hábito de la escasez, el hambre es algo confuso que a menudo se da por hecho, pero en el que raramente se pone el foco. Un ejemplo simple: al presentar Hungerland a gente cercana, compañeros fotógrafos o a editores, en más de una ocasión el interlocutor se refería a él como "tu trabajo sobre pobreza".

¿Se pasa hambre en España? Si dudan, acérquense a una asociación de vecinos y pregunten

A esta falta de visibilidad, tampoco ayuda el imaginario colectivo. Cuando pensamos en hambre, a menudo nuestro imaginario nos remite a imágenes de cuerpos asolados por grandes hambrunas. O a clichés que, cada vez más, dibujan el lienzo de la pobreza urbana. Así, fácilmente podemos pensar que en los hogares españoles el derecho a la alimentación está garantizado. Mucho menos ayuda el debate entre los que difieren sobre si en España se sufre malnutrición o desnutrición, mientras sus casos de estudio hacen malabares para tener qué cenar.

¿Se pasa hambre en España? Si dudan, acérquense a una asociación de vecinos y pregunten. Allí encontrarán las explicaciones más sensatas, porque, como me decía Yoli, "quitarse" lo de la comida es lo más fácil, porque lo gestionas tú, no es como cuando tienes que pagar el recibo de la luz que no tienes más opción. Pregunten cómo se alimenta uno con un presupuesto agotado y quizá oigan a Joan contar que para él nutrirse ha pasado de ser una actividad de disfrute a una necesidad. Ainhoa les puede hablar de cómo congela yogures que están a punto de caducar para que le duren más. Hay tantas maneras de padecer hambre como de combatirla y no se trata solo de llenar la barriga, sino de tener acceso a una buena alimentación.

Y ahora imaginemos nuestra cotidianidad, la de nuestros vecinos, en los próximos 10 años. Con todo lo que nos pueda deparar el futuro, sí; pero sin perder de vista lo que puede quedar por el camino.

En un momento en el que los gobernantes hablan de un hipotético final de la crisis económica en España, exponer la vulneración del derecho a la alimentación de la población no es solo necesario, sino que pone de manifiesto cómo, cada vez más, el sistema económico actual y los poderes que lo sostienen empujan a la población a vivir al margen de derechos vitales.

Arianna Giménez Beltrán (Barcelona,1987) es periodista visual independiente. En sus proyectos, de largo recorrido, explora diferentes lenguajes, documentando historias desde un punto de vista íntimo y personal. En la actualidad reside en Colombia, trabajando temas de género.

'Hungerland' es el proyecto ganador de la Beca Clic Fotoperiodisme Jove 2015 y se ha expuesto en el Festiva Visa OFF en Perpiñán y en las salas Can Basté y Golferichs en Barcelona. Puedes ver el trabajo completo en www.ariannagimenez.com

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