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RED DE EXPERTOS
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

2017: atender lo urgente sin olvidar lo importante

Distintas cumbres internacionales marcarán en este año de incertidumbre el futuro de los ODS

Daud
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A pesar de la que está cayendo, hay mucha gente en todo el mundo empeñada en afrontar los grandes retos que nuestro planeta tiene por delante. Y también dispuesta a hacer todo lo posible para que se cumplan los objetivos que la comunidad internacional se ha fijado como meta para el año 2030.

2017 es un año importante que, sin embargo, no hemos empezado con buen pie. El pasado lunes, tres agencias de Naciones Unidas declaraban formalmente la hambruna en varias zonas de Sudán del Sur y advertían que cerca de cinco millones de personas necesitan con urgencia ayuda alimentaria, agrícola y nutricional. Días antes, una evaluación conjunta de la FAO, el Programa Mundial de Alimentos y Unicef alertaba del rápido deterioro de la crisis alimentaria en Yemen y pedía ayuda urgente para evitar otra catástrofe.

Teniendo en cuenta que este año debemos seguir avanzando en igualdad, desarrollo sostenible y reducción de la pobreza, no es un buen augurio vernos obligados ya a hacer frente a emergencias humanitarias tan acuciantes. Se trata de un año relevante porque se empezará a medir y podremos comprobar con hechos —ya no solo con palabras— el grado de voluntad política y compromiso respecto a los acuerdos —incluido el de cambio climático de París— alcanzados en los últimos años.

No ayuda el incierto contexto internacional y la amenaza creciente del retorno al unilateralismo, pero hay varias citas globales de enorme importancia en el marco de la denominada Agenda 2030.

La revisión de los ODS en Nueva York

Este año podremos comprobar con hechos —ya no solo con palabras— el grado de voluntad política y compromiso respecto a los acuerdos para 2030

Bajo el lema Erradicar la pobreza y promover la prosperidad en un mundo cambiante, el foro político de alto nivel sobre desarrollo sostenible que se celebra en julio en Nueva York será la primera oportunidad para que los países den seguimiento y evalúen los avances e indicadores en algunas de las metas globales que la comunidad internacional se marcó para 2030.

Entre otros, se revisarán los dos primeros Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que están en la base de la supervivencia de la humanidad: Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo y acabar con el hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible. Es una oportunidad de oro para determinar qué hemos conseguido hasta el momento, dónde podemos mejorar, qué financiación nos hará falta y qué podemos hacer para desatascar el progreso allí donde estamos más rezagados.

La FAO estará presente con un mensaje claro: avanzar en materias como la seguridad alimentaria, la nutrición y la agricultura sostenible es fundamental para lograr el conjunto de los objetivos. La erradicación del hambre, junto a la eliminación de la pobreza, es y debe ser la piedra angular de la agenda global de desarrollo si realmente queremos que nadie se quede atrás.

Semanas después, en septiembre, justo antes de la reunión anual de la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, la FAO dará a conocer los datos sobre el hambre en el mundo utilizando, además, un nuevo indicador que mejorará nuestra metodología de medición. Y, la verdad, los datos provisionales que manejamos sobre el progreso en la lucha contra el hambre no son para lanzar las campanas al vuelo.

Cambio Climático en Bonn

En todo un gesto simbólico, la próxima Conferencia de Cambio Climático (COP23) que se celebrará en noviembre en Bonn (Alemania), estará presidida por la isla de Fiyi. Se trata de una forma de mostrar la amenaza particular que el cambio climático representa para los pequeños estados insulares de todo el mundo que, a su vez, son los que menos contribuyen al mismo. En esta cita, la comunidad internacional tendrá la oportunidad de debatir sobre estrategias de adaptación no solo como una prioridad sino, directamente, como una cuestión de supervivencia para estas “islas mínimas”.

Oceános en Nueva York y Malta

Precisamente fruto de un intenso esfuerzo diplomático de los pequeños estados insulares (SIDS, por sus siglas en inglés), en junio se celebra de modo excepcional en Nueva York la única conferencia de alto nivel sobre un objetivo de desarrollo sostenible concreto, el número 14. Esto es, conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos.

Los SIDS, países —islas o archipiélagos— que sufren de forma directa graves problemas desde una situación de gran vulnerabilidad, son los más convencidos de que luchar contra problemas como la contaminación marina, la acidificación de los mares, la pesca ilegal y otros temas que afectan la salud de los océanos es clave para salvaguardar nuestro planeta y la vida de las personas que lo habitan. Para reiterar que no podemos seguir utilizando los recursos acuáticos como si fueran infinitos, a esta conferencia de la ONU seguirá el encuentro internacional de alto nivel Nuestro Océano, en Malta.

Migración en el G7 en Italia, la primera gran cita de Trump

En los últimos años los movimientos transfronterizos a gran escala han provocado tensiones en numerosos países, situando la migración en un lugar destacado de la agenda diplomática. La cuestión migratoria será el tema estrella en la primera de las grandes cumbres a la que asistirá el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Italia, país al que corresponde la presidencia rotatoria del G-7 y anfitrión de la cita, ha hecho de este asunto una de las banderas desu mandato.

En FAO pensamos que invertir en agricultura sostenible y desarrollo rural es una parte integral de la solución a estos movimientos, también en zonas afectadas por el conflicto o por crisis prolongadas. Por eso hemos elegido la migración como tema central para el próximo Día Mundial de la Alimentación que celebramos en octubre, en el que está prevista la participación —entre otros— de los ministros del G-7. Las migraciones y sus implicaciones en la agricultura y la alimentación serán también el tema central del informe anual El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo, con el que daremos a conocer los grandes retos en el ámbito del hambre y la malnutrición.

Potenciar las oportunidades que permitan a la población rural de los países en desarrollo permanecer en sus lugares de origen es un componente clave de cualquier plan para afrontar las crisis migratorias. Es la única solución.

Avanzamos, por tanto, en un 2017 cargado de importantes citas internacionales que tendrán mucho que decir en medio de la incertidumbre que oscurece el camino hacia las metas de 2030.

Enrique Yeves es escritor y periodista. Actualmente es director de Comunicación de la FAO.

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