Un enorme grieta en el hielo obliga a clausurar una base británica en la Antártida
La estación 'ciempiés' Halley VI será movida 23 kilómetros para evitar que quede a la deriva
Una enorme grieta en el hielo de avance imprevisible ha llevado al Servicio Antártico Británico (BAS, en sus siglas inglesas) a clausurar temporalmente y trasladar a un sitio seguro la estación de investigación Halley VI, ubicada en la banquisa (plataforma de hielo flotante) Brunt, en la Antártida. El laboratorio será cerrado por razones de seguridad entre marzo y noviembre de este año. "Los cambios en el hielo y el crecimiento de la nueva grieta hace imposible predecir qué ocurrirá durante el invierno Antártico", motivo por el que el BAS cierra y recoloca su base ante el riesgo cierto de que pueda quedarse flotando a la deriva en un gigantesco iceberg de decenas de kilómetros cuadrados. La hendidura ha sido bautizada en la prensa anglosajona como la "grieta Halloween".
La decisión ha sido tomada después de que los glaciólogos de la estación hayan sido incapaces, tras profundos estudios, de predecir cuál puede ser el comportamiento de la grieta. "Los estudios muestran que los recientes cambios en la placa Brunt no habían sido visto nunca antes", asegura el BAS en un comunicado, que añade: "La conclusión es que es imposible predecir con certeza qué pasará con la plataforma de hielo durante el próximo invierno antártico y más allá".
El BAS insiste en que no hay peligro inmediato ni para el destacamento de la Halley ni para la propia estación, pero que tanta incertidumbre les obliga a tomar medidas, ya que no quieren correr riesgos. "En verano podríamos evacuar rápidamente al personal si se produjera una fractura en la plataforma de hielo", asegura. "Pero en invierno el acceso a Halley por barco o avión es extremadamente difícil", por el tremendo frío y la oscuridad permanente.
En la actualidad hay 88 personas en la estación, de las que solo 16 iban a pasar el invierno en la estación, donde las temperaturas descienden más allá de los 50 grados bajo cero. "Llevarnos a nuestra gente a caso en invierno es una medida prudente. Vamos a dejar lista la estación para reocuparla tan pronto como sea posible en cuanto pase el invierno", ha dicho el responsable de operaciones de la base, capitán Tim Stockings. La estación se moverá hasta una nueva ubicación, situada a 23 kilómetros de la anterior. Siete de los ocho módulos de la Halley ya casi han llegado a su nuevo emplazamiento.
La Halley VI, con un aspecto de ciempiés multicolor, es obra de ingeniería avanzada del estudio Hugh Broughton y costó 30 millones de euros. Los módulos, elevados hidráulicamente, pueden ser remolcados y reubicada tierra adentro para evitar que se queden sobre el hielo a la deriva. Precisamente el riesgo que se corre ahora.
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