Sensibilidades
El alcalde de Casasimarro se ha negado a que se coloque una placa conmemorativa de la matanza de Atocha
Cuestión de sensibilidades. Juan Sahuquillo, alcalde por el PP de Casasimarro, en Cuenca, ha puesto al día el asunto, que estaba muy abandonado porque la gente en España solo parecía estar para dar su opinión sobre el (des)vestido de la chica de las campanadas en TVE.
El día 24 se cumplen 40 años de la matanza de abogados en la calle de Atocha de Madrid. En aquel suceso murió Ángel Rodríguez Leal, nacido en Casasimarro, y para recordarlo, la anterior Corporación municipal le puso su nombre a un parque. Ahora un grupo de ciudadanos ha propuesto que se colocara una placa conmemorativa de los hechos.
Y Juan Sahuquillo, alcalde democráticamente elegido, se ha negado a colocar el recordatorio con un argumento aplastante: no quiere “herir sensibilidades” políticas distintas. Todo ello para preservar la buena armonía que hay en el pueblo.
De modo que Sahuquillo ha optado por una salida que tiene toda la posible recomendación de cualquier ONG que vele por la conllevanza entre la gente de distintas filiaciones. Así, Sahuquillo intenta evitar que la gente que esté a favor de los asesinatos, de las muertes injustas y de la violencia, se pueda sentir herida por el recuerdo y el homenaje a un asesinado por cuestiones ideológicas y políticas.
Que los partidarios del asesinato político duerman tranquilos en Casasimarro. Casi dan ganas de vender el pueblo para que los asesinos de Argentina y Chile que todavía estén en libertad vayan allí a descansar. Lo más que puede pasarles para alterar su sueño sería que se encuentren un galgo ahorcado y con las tripas al aire para que las devoren las alimañas, que es una costumbre instalada en algunos lugares de la campiña de Cuenca. Esa costumbre hila muy bien con el asesinato frío y cobarde de gente que se dedicaba a mejorar la vida de los trabajadores.
Estaría bien que el alcalde de Casasimarro pudiera hacer un censo de malnacidos y canallas en el pueblo, porque a lo mejor no hay tantos como él cree y el pueblo puede ser como todos los de España, con su gente de izquierdas, de centro y de derechas, que no desee la muerte a balazos de nadie. Yo creo que hay menos canallas en Casasimarro de los que su alcalde supone, y que han visto en él y su programa algo más que la equidistancia absurda y culpable que demuestra con su explicación.
Que María Dolores de Cospedal, jefa del PP de Castilla-La Mancha, se quite la preocupación que le embargará por este hecho. Seguro que el alcalde rectifica.
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