Javier Cámara: "Una profesora me dijo que tendría difícil trabajar en esta profesión”
A pesar del vaticinio poco alentador, Javier Cámara acumula premios y encadena proyectos como ‘Narcos’, ‘El joven Papa’, de Sorrentino, y ‘La reina de España’
Está pletórico. “Estoy viviendo un momento de esos en que uno no acaba de ser consciente de todo lo que le ocurre”. Lleva un ritmo desenfrenado, de rodaje en rodaje. Le ha pasado lo de despertarse y no saber en qué ciudad está. Sin tiempo para asimilarlo, en el último año ha saltado de una producción para HBO a una para Netflix, de ser dirigido por Paolo Sorrentino a formar parte en Colombia del reparto de Narcos, pasando por compartir varias semanas en Madrid y Budapest con Penélope Cruz en la secuela de La niña de tus ojos. Entretanto, Truman mediante, ha recibido su primera Concha de Plata, su segundo Goya y ha sido aupado como uno de los mejores actores europeos del año por la Academia que preside Wim Wenders. Las inseguridades son ya cosa del pasado. “Estudiaba en la RESAD y una profesora me dijo que tendría difícil trabajar en esta profesión por mis ‘ojillos’. Tenía los ojos pequeños y varías dioptrías. Encima, era calvo”.
Cuando quiere algo, va a por ello. Así hizo con El joven Papa, sobre la vida del ultraconservador Pío XIII. Se enteró casualmente de que el director de La gran belleza iba a hacer una serie. “Me lo contó Miguel Ángel Silvestre y me animó a escribirle, pero no le hice caso. Yo le había conocido en unos premios y tenía su e-mail. A los pocos días cené con Pilar Castro y me dijo: ‘No veo por qué no le escribes. ¿Qué va a pasar, que no trabajes con Sorrentino? ¡Si no vas a trabajar con Sorrentino en la vida!’. Y, con la tontería, le escribí. Como a los tres minutos había contestado. ¡Increíble! Me dijo que hablaría con la jefa de casting y me enviarían escenas para preparar la audición. Era un sábado. El lunes ya las tenía”.
En la Mostra de Venecia se proyectaron los dos primeros capítulos de la serie, concebida como una película de 10 horas. “No hay un plano feo”. Su personaje es un cura que lleva toda la vida en el Vaticano, que no ha salido nunca de allí. “No es un obispo o un cardenal estrella, es un tipo normal. Siempre fuera de foco. Debido a su normalidad, el nuevo Papa se acerca más a él”, adelanta. El Papa, por cierto, es Jude Law. “Venía de hacer Hamlet y Enrique V en teatro. Tiene un control de su cuerpo total. En la serie ha picado piedra, es un currante de verdad, humilde y generoso”.
"A veces menospreciamos el término 'estrella', pero Penélope Cruz brilla. Es muy cariñosa, divertida y sabe perfectamente cómo comportarse en un rodaje. Estoy en primero de Penélope, aprendiendo a comportarme"
Al acabar ese rodaje, comenzó con La reina de España. El mismo equipo de La niña de tus ojos, con Fernando Trueba a la cabeza, retomaba la historia 18 años después con nuevas incorporaciones como la suya. Aceptó la propuesta sin pensárselo. Ni se leyó el guion. “Había mucho cine cuando rodábamos y también cuando no rodábamos. Me entusiasmaba escuchar las anécdotas de todos. No paraban de contar historias, volaban los recuerdos”. Una intensa convivencia potenciada por estar lejos de casa. “Pensaba que ya no se hacían películas así. Ha sido una suerte estar en una con ese presupuesto, ese reparto, esas condiciones”. Él hace de ayudante de dirección que besa por donde pisa Macarena Granada, interpretada por Penélope Cruz. Su primera vez juntos. “A veces menospreciamos el término estrella, pero realmente ella brilla. Es muy cariñosa, divertida y sabe perfectamente cómo comportarse en un rodaje. Yo estoy en primero de Penélope, aprendiendo a comportarme en los rodajes”.
A punto de cumplir 50 años, Javier Cámara tiene una energía arrolladora. “Empiezo a aprender a moderarla, pero a veces me disparo. Esa euforia me acompaña siempre, incluso cuando me meto en proyectos que no me gustan tanto”. Cuando le dijeron que le querían para Narcos no se lo podía creer. Como a tanta gente, la sangre de los cárteles le había salpicado en su casa en las dos primeras temporadas. Se preparó las pruebas pasando noches en vela viendo vídeos de programas colombianos de sucesos, de entrevistas, de todo. Iba de uno a otro en YouTube, haciéndose con el acento. Su felicidad se ha multiplicado, todavía más, en Cali y Bogotá. “No he podido tener mejor recibimiento. Estoy sorprendido por tanto cariño, tanto abrazo. Uno se va muy lejos y, de repente, se encuentra”.
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