Vergüenza en Alepo
Moscú y Teherán han salvado a su hombre en la zona, Bachar el Asad, a un precio altísimo en vidas civiles

Cuando se estudie en el futuro, la agonía de la ciudad siria de Alepo probablemente se considerará como uno de los episodios más vergonzosos del comienzo del siglo XXI. Cientos de miles de civiles absolutamente abandonados han visto cómo su milenario hogar se ha convertido en un encarnizado campo de batalla ante la incapacidad, cuando no abierta indiferencia, de una comunidad internacional ducha en declaraciones genéricas pero incapaz de encontrar soluciones sobre el terreno que garantizaran mínimamente alguna seguridad para los civiles.
Editoriales anteriores
Tras un violentísimo castigo que ha incluido la utilización de armamento expresamente prohibido por las convenciones internacionales sobre la guerra, las tropas del dictador sirio, Bachar el Asad, están a punto de recuperar la parte de la ciudad de manos de los rebeldes, quienes tampoco destacan precisamente por su respeto a las reglas. Organizaciones de Derechos Humanos ya han denunciado desapariciones masivas en los barrios que han caído en poder de las tropas gubernamentales.
Todo esto sucede con la participación activa de Rusia, que ha dado sobradas muestras de hipocresía en su intervención militar en Siria, iniciada con la excusa de frenar el avance de los combatientes del Estado Islámico. Es significativo que mientras las tropas rebeldes abandonaban el centro de Alepo, el ISIS, en una ofensiva sorpresa, volviera a plantarse con éxito a las puertas de la histórica ciudad de Palmira. Asediados y en retroceso en Irak, no parece que los yihadistas atraviesen las mismas dificultades en Siria.
Con la más que probable toma de Alepo por parte del Ejército sirio —en realidad lo ha hecho la milicia proiraní de Hezbolá—, puede decirse que Moscú y Teherán han salvado a su hombre en la zona, a un precio altísimo en vidas civiles y a costa de empeorar las perspectivas de solución del conflicto sirio. Se esperan las declaraciones de la comunidad internacional.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
De Montoya a Juan del Val: el año en que la televisión volvió a colarse en las conversaciones
Naufragio en Indonesia: rescatan el cuerpo sin vida de una niña española desaparecida
Rusia amenaza con romper las negociaciones con Kiev: ¿qué ha pasado?
El precio de la vivienda sigue escalando... y ya crece a ritmos de la burbuja inmobiliaria
Lo más visto
- La Audiencia Nacional avala la decisión de Robles de retirar el nombre de Franco a una bandera de la Legión
- Trump anuncia la destrucción de una instalación de producción de drogas en Venezuela
- Rusia amenaza con romper las negociaciones tras acusar a Ucrania de atacar una residencia de Putin
- Alain Aspect, Nobel de Física: “Einstein era tan inteligente que habría tenido que reconocer el entrelazamiento cuántico”
- Recuperado el cadáver de la niña de la familia española desaparecida tras un naufragio en Indonesia




























































