También hay que cotizar por los robots
El líder de UGT propone compensar la pérdida de empleo causada por los 'trabajadores electrónicos'
Como si fuera un discípulo aventajado de Isaac Asimov, el líder de UGT, Pepe Álvarez, ha lanzado en la convención anual de los delegados asturianos una ocurrente propuesta para mitigar el estado calamitoso en el que se encuentran las arcas de la Seguridad Social. Plantea que las empresas coticen por los robots que han desplazado a los trabajadores de las cadenas de producción. Así, aquellos centros que han reducido empleo como consecuencia de los avances tecnológicos pagarían las correspondientes cuotas por los empleados electrónicos de sus plantillas. Estas computadoras (algunas de aspecto humanoide), llamadas a transformar la economía y la sociedad, contribuirían a mantener la sostenibilidad de un sistema de pensiones cada vez más frágil y con graves riesgos de colapso.
Álvarez argumenta que de la misma manera que en el siglo XVIII se produjo una reducción de la jornada laboral por la irrupción de la máquina de vapor en las fábricas, en el siglo XXI la tecnología también está propiciando cambios radicales. Ha llegado el momento, pues, de “redistribuir” los beneficios que representan la nueva revolución en el empleo y en el recorte de la mano de obra. Lo que no está claro es cómo se calcularían las cotizaciones, pero el líder ugetista considera que cualquier tipo de medida debería ser adoptada en el marco del Pacto de Toledo e incluso podría ser debatida en el seno de la Unión Europea. Para calcular las cuotas, ¿se tendría en cuenta la productividad del robot? ¿Se descontarían de las cuotas las horas de reparación? ¿Se cubrirían las bajas...?
Aunque parezca pintoresca y pueda desatar todo tipo de bromas, la idea desarrollada por el secretario general de UGT ha sido esbozada también en ámbitos de alto nivel económico y político. En el foro de Davos, donde se reúnen los líderes mundiales, se ha debatido ampliamente sobre el impacto de la automatización, la inteligencia artificial y el big data en el mercado laboral. Y según sus cálculos, hasta 2020 la robótica se llevará por delante cinco millones de puestos de trabajo. Para España, las proyecciones de la OCDE sostienen que el 12% del empleo estará en riesgo. Será, tras Austria y Alemania, el tercer país europeo más afectado.
Se quiera o no, la cuarta revolución industrial está aquí. Por las calles empiezan a circular coches sin conductor, hay trenes sin maquinista, vuelan aviones sin tripulación (de momento, solo militares) y Japón aspira a poner en circulación taxis robot en 2020, año en el que se celebrarán los Juegos Olímpicos en Tokio. La robótica se utilizará para cuidar ancianos, cultivar plantas o atender granjas de animales. Incluso, como ha pronosticado Nicholas Negroponte, investigador del Instituto Tecnológico de Massachusetts, se fabricarán nanorobots capaces de llegar al cerebro de los humanos a través del torrente sanguíneo. Al parecer, esto permitirá hablar inglés con solo tomar una pastilla... ¿Ciencia ficción?
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